martes, 26 de abril de 2011

Radiactividad en Fukushima. ¿De qué está hecha? ¿Debe preocuparnos?

Favor de prestar atención a los artículos consultados.

Las conclusiones son nuestras.

Radiactividad emitida por reactores nucleares fuera de control
(Vox Populi de la Ciencia, Radio Bemba)

16 de marzo de 2011



Según el artículo de Bernard Cohen, publicado en la revista científica American Journal of Physics, en diciembre de 1987, cuyo título es: El accidente del reactor nuclear en Chernobyl, USSR, cuando el Uranio 235 se parte, puede hacerlo en diversos pares de núcleos más otras partículas. Una de ellas es el Iodo 135, que en 6.7 horas reduce su cantidad a la mitad porque emite electrones y se convierte en Xenón 135. A su vez, éste también reduce su cantidad a la mitad, pero en un periodo ligeramente más largo, de 9.2 horas, por un procedimiento en el que también emite electrones y se convierte en cesio 135.

¿Cómo es este cambio de Yodo, que es elemento 53 de la tabla periódica, a Xenón, que ocupa el lugar 54, y después a Cesio, que ocupa el lugar 55? Esos números indican la cantidad de protones en sus núcleos, que empieza a aumentar porque uno de los neutrones desaparece para dar lugar a un protón, más un electrón, más una partícula llamada antineutrino. Por eso primero tenemos Yodo, despuésXenón y por último Cesio.

Al tiempo que necesita cada elemento radiactivo para reducir su cantidad a la mitad se le llama vida media. El cesio 135 tiene una vida media de 23 millones de años, tiempo en el cual se mantiene emitiendo electrones con mucha energía, porque tienen 0.269 millones de electronvolts. Así, lentamente se va convirtiendo en bario 135.

En el caso de Chernobyl, según el reporte de Bernard Cohen, el núcleo emitió las siguientes sustancias radiactivas:
Isótopos radiactivos de kriptón y xenón. En particular, el kriptón 85 tiene una vida media de 10 mil 756 años, tiempo durante el cual emite electrones de 0.687 millones de electrón volts para irse convirtiendo lentamente en rubidio 85. A su vez, el Xenón 135 tiene una vida media de 9.14 horas, tiempo durante el cual se convierte en Cesio 1135 y emite electrones de 1.151 millones de electronvolts. Bernard Cohen considera que no son un problema porque si es respirado, es expulsado de nuevo por el organismo y no se acumula en él. También considera que la radiación que producen no es muy penetrante y no la considera peligrosa.
También se expulsó Iodo 131, cuya vida media es de 8 días, es altamente volátil y ataca a la glándula tiroides, produciendo cáncer en ésta.
También se expulsó cesio 137, cuya vida media es de 30 años y decae en rayos gamma con una energía de 661 kiloelectronvolts. Se deposita en el suelo y su radiación puede causar leucemia o varios tipos de cáncer. Parte del problema es que contamina los alimentos durante un periodo de 70 años aproximadamente.

Según Bernard Cohen, una vez que estalló el reactor nuclear de Chernobyl, la radiación alcanzó:
Finlandia a 1250 kilómetros,
Suecia a mil 200 kilómetros, y
Secciones de Alemania y de Polonia, que se encuentran respectivamente a mil 270 y a 750 kilómetros de Chernobyl.

1. Las radiaciones recibidas en Alemania llegaron a ser de 30 milisieverts, lo mismo que en Polonia.
2. En Europa Occidental fueron hasta de 3 milisieverts, y
3. En Estados Unidos resultaron ser de 0.3 milisieverts.


Conclusiones:
I. Vamos a suponer que un reactor nuclear en Japón pudiera fundirse con el poder de propulsión del reactor de Chernobyl. Lo cual es poco probable porque este último usaba grafito como moderador y al quemarse produjo gases que ayudaron a lanzar más lejos los materiales radiactivos. Trabajando con esa hipótesis, la contaminación radiactiva alcanzaría hasta las dos Coreas, o las costas del sureste de Rusia, alcanzando hasta la Isla Sakhalin, dependiendo de la dirección del viento.
II. Si el viento soplara a lo largo del archipiélago japonés, la radiactividad alcanzaría a cubrir todo el país. Esto era lo que estaba ocurriendo el martes 15 de marzo de 2011.
III. Si el viento soplara hacia el oriente, llegaría a más de mil 200 kilómetros de la costa de Japón contaminando todo el origen de la corriente marina que corre hacia el sur de las Islas Aleutianas y viaja cerca del paralelo 38 grados latitud norte, bañando las costas de Alaska, Canadá, Estados Unidos y Baja California.
IV. Independientemente del viento, las fugas de cesio 137 están contaminando desde ahora la cercanía de las costas de Japón, hasta algunas decenas de kilómetros.
V. En cualquier caso, el cesio 137 ya está cayendo sobre la vida marina que se encuentra en las costas de Japón.
VI. La afectación directa sobre los territorios de América del Norte sería muy pequeña, se presentaría como resultado de la corriente de chorro que viaja por el norte del Océano Atlántico y no deberían descartarse niveles de radiación del orden de 0.3 milisieverts, que serían similares a los ocurridos en 1986 como consecuencia del desastre de Chernobyl.


En síntesis, el riesgo principal para los habitantes mexicanos, se encuentra en el impacto de la contaminación radiactiva sobre la vida marina.


Un caso diferente, que debe preocuparnos, es la habilidad de una de las especies de atún para viajar de un sitio a otro del Océano Pacífico, se trata de la especie Thunnus Orientalis, que se mueve precisamente desde las costas cercanas a Tokio hasta las de California y Baja California, en una travesía de más de 40 mil kilómetros en un periodo de 20 meses (menos de dos años). Una animación acerca de estas especies migrantes se puede encontrar en el sitio de Internet: http://www.topp.org.

Los expertos que estudiaron el caso consideraron muy impresionantes sus resultados y también sumamente importantes, pues significa que antes de conocer esta habilidad de esta especie de atún, podrían haber contado dos veces al mismo atún y llegar a la conclusión de que la población de estos atunes es el doble de la realmente existente.

Otro trabajo científico que consultamos fue desarrollado por William Bayliff, se llama “Estado del Atún de Aleta Azul en el Océano Pacífico”, éste es el nombre comercial del Thunnus Orientalis. Entre las conclusiones que presenta se encuentra que esta clase de atún es pescado en las costas de Baja California y de California, a menos de 200 kilómetros de la costa. Hace ver que lo mismo sucede en el otro lado del Océano Pacífico, entre la Isla de Taiwan y Hokkaido. Esta última es parte de Japón y se encuentra al norte de la región más afectada por el terremoto y el Tsunami.

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