martes, 26 de abril de 2011

¿Fueron los estadounidenses a la Luna?

¿Fueron los estadounidenses a la Luna?
(Vox Populi de la Ciencia, Radio Bemba)

27 de abril de 2011

En las ocasiones que hemos tocado el tema de la carrera espacial en nuestro programa Vox Populi de la Ciencia, siempre hemos dado por sentado que los estadounidenses sí fueron a la Luna y que todo lo que ellos relataron es verdad. Lo que haremos ahora es poner en tela de juicio sus afirmaciones y dar voz a un porcentaje nada despreciable de personas que afirman lo contrario.

Existe un libro, publicado en el año de 1974 por Bill Kaysing, que se intitula: “Nunca fuimos a la Luna: treinta mil millones de dólares estafados en Estados Unidos”. Kaysing estudió la licenciatura en artes en la Universidad del Sur de California, trabajó en uno de los sitios en que se construyeron los motores del cohete Saturno V, donde dirigía la empresa encargada de las publicaciones técnicas de la compañía constructora, pero él no tenía entrenamiento como técnico ni como ingeniero.

En 1999 la empresa encuestadora Gallup hizo un estudio de opinión que le permitió concluir que el 6% de los estadounidenses dudaba de que efectivamente hubieran ido a la Luna. Para febrero de 2001, la empresa de televisión Fox informó que según una encuesta realizada para un programa transmitido por ellos, la desconfianza sobre la realidad de los viajes a la Luna había aumentado al 20% en los Estados Unidos.

Una encuesta de opinión pública en Rusia, hizo ver en el año 2000 que el 28% de los habitantes de ese país no creía que los astronautas estadounidenses hubieran ido realmente a la Luna. En el año 2009 en el Reino Unido, una encuesta realizada para la revista Ingeniería y Tecnología encontró que el 25% de los habitantes del Reino Unido no creía que efectivamente los estadounidenses habían ido a la Luna. Otras encuestas similares han arrojado como resultado que el 25% de los jóvenes de 18 a 25 años no estaban seguros de que los alunizajes hubieran ocurrido realmente.

Bart Winfield Sibrel, originario de Nashville, Tenesse, realizó dos películas en las cuales afirmó que los viajes Apolo hacia la Luna habían sido un fraude. Estas películas se intitulan: “Una cosa curiosa ocurrió de camino a la Luna” y “Astronautas fuera de control”.

Las personas que afirman que los viajes a la Luna fueron un fraude han sido tildadas de estúpidas y deseosas de hacer cualquier cosa para ganar dinero. ¿Pero qué es lo que ellos afirman?

Argumentan que en las transmisiones supuestamente realizadas desde la Luna hay escenas extrañas, como es el caso de una bandera de los Estados Unidos que ondea como si fuera movida por el viento, cuando en realidad en la Luna casi no hay atmósfera, debido a que su baja gravedad llevó a que la mayoría de las moléculas escaparan al ser calentadas por la luz solar.




Afirman que en otras tomas se percibe la presencia de varias fuentes de luz, distintas a la única que debería estar presente si las imágenes hubieran sido tomadas en la Luna: la luz del Sol.

Hacen ver que en una de las escenas el astronauta camina supuestamente sobre la Luna con su sombra hacia enfrente, lo cual hace suponer que el Sol está a sus espaldas, de lo cual debería resultar que el pecho y todo el frente de este ser humano debería verse sombreado, sin embargo, su imagen se ve iluminada, como si enfrente tuviera una luz. Ellos se preguntan ¿cuál es el origen de esa fuente de luz que mantiene iluminado el frente del astronauta?
Según los autores de las obras que estamos mencionando, la NASA ha confirmado que no usó fuentes de luz artificiales en la Luna. Ellos piensan que eso respalda su desconfianza sobre la realidad de los viajes a la Luna.




Varias imágenes han sido revisadas por alguien a quien identifican como el Doctor David Groves, presuntamente un especialista en óptica que trabaja para la empresa Quantech Image Processing. Él afirma que conociendo las distancias focales de las cámaras usadas para las imágenes, es posible concluir cuáles son los puntos exactos en donde fueron colocadas las fuentes de luz artificial. Él afirma que las imágenes están definitivamente truqueadas.
De acuerdo a la información oficial del proyecto Apolo, los tres astronautas dieron vueltas en torno a la Luna en la nave espacial y dos de ellos pasaron a una nave espacial de aluminio de casi siete metros de alto por casi diez de ancho. Ésta se llamó módulo lunar.
En una de las imágenes transmitidas el módulo lunar proyecta una sombra hacia el frente, de donde se deduce que el Sol debe estar detrás de dicha máquina, sin embargo, el frente del módulo se ve iluminado, en lugar de verse sombreado como debería ocurrir si no se usaron fuentes de luz artificiales.

Sobre la hipótesis de que el módulo lunar descendió con un cohete prendido que disminuyó la velocidad de caída para hacerla confortable para los astronautas y evitar que se mataran, los gases lanzados por el escape del motor debieron producir un efecto de piedras y polvo expulsado de manera radial con la parte baja del módulo lunar como centro. Se trataría de un efecto similar al causado por un helicóptero que baja en un terreno relativamente duro pero con un poco de polvo. Sin embargo, las tomas de los alrededores del módulo lunar, presuntamente transmitidas desde la Luna, no muestran esa clase de efecto de piedras que han rodado, recién extraídas de su sitio.

Conclusiones:

Un artículo científico que es publicado en una revista científica con estándares internacionales recibe los manuscritos, que pasan por las manos de un consejo editorial que decide si lo manda a un árbitro o se lo regresa al autor. Cuando se decide que procede su revisión, el manuscrito es enviado a cuando menos un árbitro, con frecuencia dos de ellos, quienes son especialistas en el ramo del manuscrito que se pretende publicar. Si la revisión resulta positiva, el consejo editorial de la revista decide publicar el manuscrito. Vale la pena agregar que el autor (o autores) y los árbitros, son personas distintas, tal que los primeros no saben quiénes revisan su trabajo para dictaminar si es digno de publicación.

En el caso de los viajes a la Luna, los únicos que han afirmado que los viajes son verdaderos son los estadounidenses. En consecuencia, vale la pena una segunda opinión, de especialistas de una nacionalidad distinta. Ir otra vez a la Luna, al menos con robots modernos, visitar los mismos sitios donde los estadounidenses afirman que estuvieron y contarnos lo que encuentren.

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