martes, 26 de abril de 2011

A cincuenta años del vuelo de Yuri Gagarin

A cincuenta años del vuelo de Yuri Gagarin
(Vox Populi de la Ciencia, Radio Bemba)

27 de abril de 2011






Este martes 12 de abril de 2011 se cumplieron cincuenta años del vuelo del primer ser humano que salió de la atmósfera para dar una vuelta a la Tierra en una nave espacial diseñada para preservar su vida. La nave espacial dio una vuelta a nuestro planeta colocándose en órbita a una velocidad de casi 28 mil kilómetros por hora, describiendo una elipse con un punto más lejano a la Tierra que recibe el nombre de apogeo y uno más cercano cuyo nombre es perigeo. La elipse es una curva cerrada que podemos dibujar en el patio de una casa clavando dos estacas en el suelo, amarrando una cuerda suficientemente larga para rodear las estacas y quedando floja al ponerla en el suelo. Enseguida la tensamos con otra estaca que usamos para trazar una raya en el suelo. Así resultará una elipse.

El cosmonauta se llamaba Yuri Gagarin, desarrolló un vuelo que duró 108 minutos y consistió de una órbita en torno a la Tierra a una altura que había sido planeada con apogeo de 230 kilómetros de altura con un perigeo de 180 kilómetros de altura, para describir una elipse alrededor de la Tierra.

Sin embargo, los datos no coinciden, pues la agencia oficial de noticias de la Unión Soviética anunció, después del vuelo, que el perigeo había sido de 175 kilómetros de altura y 302 kilómetros sobre la superficie terrestre. En cambio, el sistema de radar de los Estados Unidos informó que el perigeo había sido de 190.6 kilómetros de altura y un apogeo de 326.2 kilómetros de alto.

La inclinación con respecto al ecuador terrestre fue de 65.4 grados. Una orientación necesaria debido a que la órbita debía llevarse a cabo sobre un plano que incluyera el centro de la tierra. Si se toma en cuenta que había sido lanzado desde el cosmódromo de Baikonour, ubicada en Kazajstán, pero bajo el control de Rusia, que se encuentra a una latitud de 45 grados al norte del ecuador, resulta claro que la inclinación adecuada tenía que ser superior a los 60 grados respecto al ecuador.

El vuelo inició a las seis de la mañana con siete minutos de la hora local de Baikonour. Durante los siguientes diez minutos Gagarin transmitió que el vuelo se desarrollaba normalmente y que la nave se encontraba en buenas condiciones.




Catorce minutos después del lanzamiento había sobrevolado Siberia y se encontraba sobre la Península de Camchatka, que se ubica en la sección oriental de Rusia, adentrándose en el Océano Pacífico. Cruzó en diagonal este Océano para volar sobre América del Sur.

En esa época la Unión Soviética no disponía de un sistema de seguimiento de sus vuelos aeronáuticos desde barcos, de modo que todas las comunicaciones, así como el control del vuelo se llevaron a cabo desde territorio de ese país. Cuando no fue posible la comunicación por ondas VHF, que son como las que utiliza la televisión por aire, y que viajan en línea recta, Gagarin usó la comunicación de onda corta que se conoce como HF. Ésta es a la que recurren los radioaficionados y que son de utilidad especialmente en casos de desastres, cuando no se dispone de los sistemas más modernos de comunicación, como es el caso de las señales transmitidas a satélites.

A las siete horas con diez minutos, una hora y tres minutos después del lanzamiento, Gagarin se encontraba volando sobre la parte sur del Océano Atlántico, había cruzado la parte de la Tierra en que era de noche y veía la luz del Sol de nueva cuenta. La hora de salida del vuelo había sido seleccionada para que en el momento de prender los cohetes de frenado la orientación de la cápsula pudiera ser comprobada con la inclinación de los rayos solares sobre la ventana.

Como se sabe ahora, los mensajes de Gagarin no fueron recibidos por ninguna de las estaciones rastreadoras durante varios minutos. El proceso de descenso y de regreso a la atmósfera se inició mientras volaba sobre África con la acción de cohetes de frenado que funcionaron durante 42 segundos y aunque se esperaba que el módulo de servicio de la cápsula de Gagarin se separara diez segundos después de terminada la acción de esos cohetes de frenado, esto no ocurrió porque varias cuerdas se quedaron enredadas entre la cápsula y el módulo de servicio, dando lugar a que el conjunto de ambas partes girara bruscamente mientras ocurría el vuelo sobre Egipto.

Después de estos giros violentos las cuerdas se rompieron y la nave de Gagarin quedó libre para orientarse de la forma adecuada para enfrentar el ingreso a la atmósfera. Según el cosmonauta, esto ocurrió cuando el vuelo entraba sobre la parte oriental del Mar Mediterráneo, de modo que el avance sobre la parte Central de Turquía, el Mar Negro y la parte suroccidental de la Unión Soviética ocurrieron de la manera esperada. En el proceso de entrada a la atmósfera Gagarin reportó haber recibido una aceleración de 10g (“10 ge”), lo cual podemos imaginar como alguien que súbitamente pesa diez veces más. De acuerdo a los reportes de la misión, Gagarin sufrió 8g (“ocho ge”) de aceleración y es interesante saber que en todo momento se mantuvo consciente, pues una persona con salud normal, pero sin el entrenamiento típico de uno de estos hombres preparados para viajar al espacio, podría perder el conocimiento. En particular, alguien con problemas cardiovasculares, podría sufrir una embolia, o morir de un infarto. Esto significa que la mayoría de las personas comunes que caminamos por la calle no podemos viajar al espacio.

Cuando la nave de Gagarin se encontraba a siete kilómetros de altitud la puerta de la nave se abrió, dos segundos después el cosmonauta fue expulsado de ella y a 2.5 kilómetros de altura se abrieron sus paracaídas, tocando tierra a salvo diez segundos después. En cuanto a la nave, también en esta se abrieron los paracaídas, aunque golpeó contra el suelo con mayor fuerza, dejando grandes marcas sobre los sitios en los cuales rodó.




Yuri Gagarin aterrizó en la cercanía de un pueblo llamado Engels, en la región de Saratov a 1425 kilómetros al noroeste del cosmódromo de Baikonour y a casi 705 kilómetros al sureste de Moscú. Como relataría después Gagarin, cuando bajaba lo vieron un granjero y su hermana, quienes lo vieron sorprendidos mientras caminaba vestido con su traje espacial de color anaranjado. Cuando ellos lo vieron empezaron a retroceder asustados, siendo necesario que él les hablara para informarles que era soviético como ellos, que acababa de llegar de una misión en el espacio y que necesitaba un teléfono para comunicarse a Moscú.

Como hemos relatado en otros programas de Vox Populi de la Ciencia, los éxitos de la Unión Soviética tuvieron un fuerte impacto en la opinión mundial, generando en los Estados Unidos un incremento de la preocupación y de la histeria que ya se había iniciado con los vuelos del Sputnik cuatro años antes y de las fotografías del otro lado de la luna. El Sputnik I fue la primera nave que se colocó en órbita el 4 de octubre de 1957 para celebrar el cuadragésimo aniversario de la Revolución Bolchevique, después se convirtió en un programa de navegación espacial en el cual se lanzaron varias de estas naves con diferentes variantes en su construcción.

Los estadounidenses se embarcaron en una carrera a la Luna para recuperar su prestigio y demostrar la superioridad de su sistema. Asunto que también hemos estudiado en otros programas de Vox Populi de la Ciencia.
http://www.russianspaceweb.com/vostok1_orbit.html

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