(Vox Populi de la Ciencia, Radio Bemba, 6 de enero de 2010)
El pasado 18 de diciembre terminó la cumbre sobre el cambio climático en Copenhague. En palabras de Amy Goodman, en su artículo intitulado “De la esperanza al fracaso en Copenhague”, publicado por
La Jornada, el 30 de diciembre de 2009, hechos importantes habían ocurrido el último día de la reunión, el viernes 18 mencionado: “... Obama se enteró el viernes de una reunión que se estaba realizando entre los jefes de Estado de China, India, Brasil y Sudáfrica, e irrumpió en la sala, llevando al grupo a lograr un consenso sobre el llamado Acuerdo de Copenhague.”
Según relata Amy Goodman, “Obama y su pequeño grupo pasaron por alto el procedimiento colectivo de la ONU, lo que tuvo como consecuencia un documento no vinculante, que fue presentado bajo la premisa de tómalo o déjalo.”
Siguiendo el relato de Goodman “El respetado climatólogo James Hansen me dijo: Los países ricos están intentando, básicamente, comprar a estos países que, en efecto, desaparecerán. No tiene sentido. Y el peligro es que estas naciones ni siquiera vean ese dinero, ...”
Lo que haremos ahora es tratar de explicar a qué se refiere Hansen con esa afirmación:
En varias publicaciones científicas, James Hansen y sus colaboradores han llamado la atención sobre el hecho de que el cambio climático es lo que en la física y las matemáticas llamamos un fenómeno no lineal.
Esta clase de fenómenos se caracteriza porque las conductas de los principales parámetros del sistema presentan comportamientos que parecen ocurrir al azar, aunque no es así. Para diferenciarlo de los fenómenos de azar, como el juego de baraja, o los dados, se les ha llamado fenómenos caóticos.
Ejemplo de esto es un fenómeno conocido como la ecuación logística, de la cual pueden ser encontrados diversas animaciones en Internet. (Favor de consultar la dirección: http://demonstrations.wolfram.com/DiscreteLogisticEquation/ )
En el caso del clima los parámetros más importantes son: la temperatura, la humedad del aire, la dirección de los vientos y las mismas variables para el agua del océano. La extensión y grosor de los hielos en los polos también juega un papel importante.
Existen patrones de vientos y de corrientes oceánicas que son bien conocidas, de modo que la actividad humana está organizada tomándolos en cuenta. Por ejemplo, en el caso de Sonora sabemos bien que en invierno se presentan vientos del suroeste hacia el noreste cuyas temperaturas son relativamente más altas que las masas de aire frío provenientes del norte. Sabemos también que hay años en los que esos vientos del suroeste portan humedad suficiente para provocar una clase de lluvia de baja intensidad pero con duración de varios días y que reciben el nombre de equipatas, lo cual se traduce en precipitaciones importantes.
En el caso del Océano Atlántico Norte sabemos que existe un patrón de corrientes de agua tibia que salen del Mar Caribe, pasando por en medio de Cuba y la Florida, para avanzar hacia el noreste y alcanzar latitudes más al norte de Inglaterra, formando un sistema de remolinos muy variado de los cuales surgen formaciones de nubes que producen lluvia y nieve sobre Europa. Aunque fría para la sensación humana, esa gran masa húmeda mantiene la temperatura europea muy por encima de los gélidos registros de Siberia y de gran parte del territorio ruso.
En el Océano Pacífico se produce un sistema intermitente de un fenómeno conocido con el nombre de El Niño, mismo que ya hemos explicado en otro programa de Vox Populi de la Ciencia. Por ejemplo, en el caso de Sonora, las últimas grandes lluvias de invierno fueron causadas por uno de estos fenómenos.
Esta conducta cualitativa de los patrones de vientos y corrientes oceánicas podría cambiar hacia conductas desconocidas ahora, ya que, como dice Janes Hansen en su artículo Peligrosa Interferencia Humana en el Clima (Dangerous human-made interference with climate)”, lo que tenemos es un problema no lineal, en el cual el incremento del nivel del mar, como consecuencia del deshielo de la Antártida y del Ártico, no admite predicciones para el siglo XXI que se basen en ajustes lineales, es decir mediante gráficas en las que los datos son representados con puntos en una hoja cuadriculada y luego se hace pasar por ellos la recta más cercana, de modo que extendiendo la recta hacia el futuro se pretende saber cómo será el nivel del mar, la temperatura del agua y de la atmósfera, dentro de varias décadas.
Hansen ha insistido en que los estudios más conocidos no han tomado adecuadamente en cuenta la influencia del deshielo de los polos y propone que, ante la enorme dificultad que significa modelar matemáticamente ese fenómeno, lo que conviene es revisar qué ha ocurrido en el pasado, basándose en los datos proporcionados por la Paleoclimatología. Esta clase de estudios son conocidos como empíricos, y según Hansen, ofrecen resultados aterradores, como enumeramos enseguida:
1.En los últimos 500 mil años, el nivel más alto del mar, comparado con el de ahora, fue de aproximadamente 5 metros.
2.Buscando datos más antiguos, en la época del Plioceno, hace 3 millones de años, el nivel del mar era muy superior al de ahora, en número que técnicamente llamamos 25 metros más menos 10, lo cual significa que el intervalo podría estar entre los 15 y los 35 metros del nivel del mar, por encima del actual.
3.El punto preocupante es que, según dos estudios citados por Hansen, la temperatura en el Plioceno estaba apenas 3 grados por encima de la actual. Lo que debería llevarnos a pensar que al paso que vamos, estamos muy cerca de provocar un incremento acelerado del nivel del mar.
4.El problema principal es que más de mil millones de personas viven por debajo de los 25 metros sobre el nivel del mar.
En el próximo programa abundaremos sobre este tema. En esta ocasión conviene terminar esta alocución criticando a los líderes ambientalistas que suponen que “a los países más ricos no les preocupa porque a ellos no les va a pasar nada”, es decir, afirman sin demostrar, que los efectos negativos del cambio climático serán exclusivos de los países pobres.
Tales afirmaciones no solamente son falsas, además, en nada ayudan a que los propios pueblos de esos países ricos se convenzan de que toda la humanidad, incluidos ellos, vamos a la catástrofe. Para hacer ver que así es, el 9 de diciembre de 2009 presentamos datos que mostraban cómo afectaría a Sonora el incremento de 25 metros en el nivel del mar, ahora lo que haremos es enumerar, qué le ocurriría a los Estados Unidos, para hacer ver que la actitud de Barack Obama y su delegación en Copenhague muestra una profunda irresponsabilidad para con su propio pueblo. Los datos son los siguientes:
Con un incremento de 25 metros del nivel del mar:
I.A la izquierda de Nueva Orleans, longitud 90 33 46.20 el mar penetraría casi 157 kilómetros hacia el norte.
II.En la longitud 91 04 09.82 el mar penetraría casi 200 kilómetros hacia el norte.
III.En la longitud 92 15 38.15 el mar penetraría más de 103 kilómetros hacia el norte.
IV.En la longitud 93 12 04.98 el mar penetraría 78 kilómetros hacia el norte.
V.En Texas, al oriente de Houston, en la longitud 93 12 04.98 el mar penetraría más de 92 kilómetros.
VI.En Houston, Texas, el mar penetraría 88.5 kilómetros al noroeste de la Isla de Galveston.
VII.Casi toda la Ciudad de Houston desaparecería bajo el agua y al suroeste el mar penetraría casi 70 kilómetros.
VIII.En Texas, en la región de Corpus Christi, longitud 97 09 04.55, el mar penetraría 28 kilómetros hacia el noroeste. Toda la ciudad desaparecería bajo el agua y la zona agrícola situada al norte quedaría bajo el agua. Lo mismo ocurriría al sur de esa ciudad. El mar penetraría hasta 55 kilómetros, con la costa situándose 55 kilómetros tierra adentro y la desaparición del actual sistema de agricultura del delta del Río Nueces.
IX.Al norte del Río Bravo, más del 50% de la zona agrícola que se sitúa al oriente de McAllen Texas quedaría bajo el agua, pues la costa avanzaría hacia el occidente casi 75 kilómetros.
Brownsville Texas quedaría bajo el agua.
X.En México, toda la Ciudad de Matamoros quedaría debajo del agua y por la margen sur del Río Bravo el agua salada avanzaría hasta 20 kilómetros al oriente de Reynosa Tamaulipas.
XI.La Península de la Florida desaparecería, hasta el paralelo 29 31 04.
XII.Incluso la Ciudad de Jacksonville quedaría sepultada por el agua del mar y el mar avanzaría para situar la costa hasta 100 kilómetros al sur de la división del Estado de Georgia con el de Florida.
XIII.En el Estado de Georgia la costa se recorrería, en algunos puntos, hasta 63 kilómetros hacia el Occidente de su posición actual y se perdería casi toda la zona agrícola cercana al mar. Son cerca de 7,800 kilómetros cuadrados, casi el doble del Estado de Tlaxcala, pero de agricultura de altísimo nivel tecnológico.
XIV.En el Estado de Carolina del Sur ocurriría algo similar, en algunos puntos el mar avanzaría hasta 70 kilómetros, absorbiendo gran parte de su zona agrícola, que se encuentra en la llamada Costa Este. En síntesis, desaparecerían decenas de ciudades costeras.
XV.En el Estado de Carolina del Norte ocurriría algo similar. Hay regiones en las que el mar avanzaría 85 kilómetros. Especialmente en los deltas de los ríos que surcan esa región. En ellos la costa se recorrería hasta más de 100 kilómetros tierra adentro.
XVI.Por ejemplo, en la frontera con el Estado de Virginia, la costa se recorrería 130 kilómetros al occidente de su localización actual.
XVII.Debido a la pendiente mínima del Río Delaware, el mar avanzaría por su delta hasta Washington, dejando la Casa Blanca por debajo del agua, con la costa situada a cerca de un kilómetro al norte de ésta.
XVIII.El centro de Baltimore, incluido el puerto, hasta 800 metros hacia el noroeste, quedaría debajo del agua.
XIX.En el caso de todos los puertos y regiones industriales, contaminantes contenidos en artículos de uso doméstico de forma cotidiana como pilas secas, fumigantes, pesticidas, químicos de uso industrial que se encuentran tirados en zonas que quedarían inundadas, entrarían en contacto con el agua de mar, envenenando la zona entera.
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