El balón oficial de la copa mundial de fútbol en Sudáfrica fue diseñado en la Universidad de Loughborough del Reino Unido, y para el desarrollo del mismo, el equipo de investigación dirigido por Andy Harland desarrolló una máquina robot cuyo propósito es patear balones para impactarlos repetidas veces con las mismas condiciones de impacto, lo cual no se puede lograr si quienes lo hacen son humanos.
Los investigadores son Cristopher Holmes, Roy Jones, Andy Harland y David Ward, todos de la Universidad de Loughborough. Aunque no pueden reportar muchos de los detalles y datos técnicos del balón Jabulani, porque son propiedad de la empresa Adidas que los contrató para su desarrollo, si han estado en libertad de publicar un artículo en el cual describen su máquina pateadora.
Con la máquina pateadora lograron lanzar el balón a velocidades de 38.1 metros por segundo, lo cual equivale a un poco más de 137 kilómetros por hora, una velocidad que es 21% superior al máximo que alcanzan los balones en los partidos cotidianos de fútbol. El diseño de la máquina pateadora estuvo basado en un servo motor, que es capacidad de acelerar la pierna pateadora hasta alcanzar una velocidad angular de 2300 grados por segundo, lo cual equivale a casi 6 vueltas y media por segundo.
Los servomotores son motores eléctricos controlados mediante un programa de computadora que permite precisar cuántos grados debe moverse un brazo mecánico y a qué velocidad de rotación debe hacerlo. Además, un sistema de radio permite dirigir el sistema de cómputo a control remoto.
Fuente: Journal of Sports Science and Medicine (2007) Suppl. 10 45. En el sitio: http://www.jssm.org
Recomendación para la Federación Mexicana de Fútbol:
En lugar de gastar 5 millones de dólares anuales en el sueldo del técnico Javier Aguirre, pueden financiar el diseño y construcción de una máquina similar en México para que practiquen cientos de veces diarias los remates a gol recibiendo envíos de balones en situación controlada y dirigida por los entrenadores.
Pueden recurrir al Laboratorio de Robótica del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica.
A Eduardo Bayro-Corrochano del Centro de Investigacion y de Estudios Avanzados del I.P.N. CINVESTAV, Unidad Guadalajara.
Al Laboratorio de Interfases Inteligentes de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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