miércoles, 2 de junio de 2010

Un Genoma Sintético (Vox Populi de la Ciencia, 26 de mayo de 2010)

El laboratorio de Craig Venter ha logrado desarrollar el sistema genético de una célula sintética basada en un genoma que fue diseñado en computadora y armado con genes que fueron fabricados (sintetizados en el lenguaje de los químicos) en su laboratorio.

En total son 101 fragmentos de ADN sintético, cada uno de los cuales contiene entre 5 mil y 7 mil pares de bases. Las bases son las famosas: citosina, timina, adenina y guanina,. Como se pudo establecer desde 1953, son las combinaciones de éstas las que contienen el código necesario para la construcción de proteínas por parte de los organismos, y junto con ello, la capacidad para transmitir toda la herencia.

En el sitio de Internet del Instituto de Craig Venter se afirma que han logrado armar el genoma de una célula que es biológicamente funcional, aunque en la opinión de otros investigadores todavía falta más trabajo para demostrar que efectivamente eso es cierto.

El equipo de Venter se basó en la bacteria Escherichia Coli, que vive en la mayoría de los intestinos de los mamíferos actuales, en los que realizan actividades que son benéficas para los organismos que las contienen. Sin embargo, hay una de ellas, la Escherichia Coli 0157:H7, que produce una enfermedad llamada: síndrome urémico hemolítico, que en otros síntomas presenta diarrea con sangre.

El papel de estas bacterias es funcionar como recipientes en los que se lleva a cabo el proceso de retiro y añadido de genes como si se tratara de un juego de legos, o sea, de bloques de plástico que se ensamblan y separan para armar figuras de mayor tamaño y de la forma deseada.

Después de trabajar con la bacteria escherichia coli los científicos trasladaron los genes ensamblados a una clase de hongos que conocemos con el nombre de levadura, de los cuales hay muchas cepas distintas, algunas de las cuales se usan para fermentar vino, cerveza, pan, entre otras actividades.

Hay críticos a la pretensión de Craig Venter, por ejemplo, Luis Enjuanes, del Centro Nacional de Biotecnología, en España, afirma que todavía tienen que probar que el genoma sintético puede tomar las riendas de la maquinaria celular para hacerla que viva y se reproduzca. Por su parte, Federico Morán, de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que falta crear los orgánulos que forman la célula, entre otros elementos necesarios para su funcionamiento. Se les llama orgánulos a pequeñas partículas que flotan en el citoplasma de la célula, en la cual cumplen diversas funciones.

Contra lo que pretende Craig Venter, que en su página de Internet presenta al Instituto como una organización sin fines de lucro, la realidad es que a través de la empresa Synthetic Genomics Incorporated está tratando de obtener moléculas artificiales que puedan ser utilizadas como biocombustibles, presumiblemente a base de consumir algas. Otra opción sería el procesamiento del dióxido de carbono, ya que se ve venir en los próximos años una prohibición drástica de empresas generadoras de ese gas de invernadero, a menos que se añadan sistemas de descomposición del dióxido de carbono, en lugar de enviarlo libre a la atmósfera.

Es un hecho que los científicos ya están en la ruta que les permitirá diseñar y crear bacterias al gusto de las necesidades que se propongan. Lo cual indica que también será posible intervenir en el sistema genético de los seres humanos para combatir enfermedades genéticas que han sido estudiadas desde hace décadas. ¿Estamos en el punto de diseñar un nuevo ser humano, un caballo más rápido, un perro más listo, etcétera?

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