miércoles, 10 de marzo de 2010

Actualidades Científicas (Vox Populi de la Ciencia, 10 de marzo de 2010)

I. El terremoto de febrero de Chile movió de su lugar a varias ciudades de América Latina.

El terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter, ocurrido en Chile el pasado 27 de febrero de 2010, ocurrió cuando la placa tectónica de nombre Nazca se movió hacia abajo de la placa tectónica de América del Sur. A este movimiento se le llama subducción.

Si consultamos un mapa de placas tectónicas, encontraremos que la placa de Nazca se localiza enfrente de las costas del Océano Pacífico, frente a Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Además, se extiende hacia el oeste varios miles de kilómetros hasta encontrarse con la llamada placa del Pacífico, que ocupa casi todo el fondo de ese océano.
Ver: http://www.funvisis.gob.ve/imagenes/fotos_varias/placas_tectonicas_.jpg

Las mediciones hechas mediante técnicas de Geodesia Espacial muestran que la ciudad de Concepción, cercana al epicentro del terremoto, se encuentra ahora a 3 metros hacia el oeste, respecto de la posición que tenía antes del terremoto.

En este punto conviene explicar dos palabras: una es el hipocentro, que es el lugar donde se origina el terremoto a una profundidad que puede ser de varios kilómetros; otro es el epicentro, que es el punto de la superficie de la tierra que se encuentra justo sobre el hipocentro. Si fuera técnicamente interesante se podría perforar un pozo vertical en el epicentro y penetrar a varios kilómetros de profundidad, rumbo al hipocentro.



Incluso, ciudades muy lejanas de Chile, como las Islas Malvinas, en Argentina, y Fortaleza, en Brasil, se encuentran desplazadas respecto de la posición que tenían antes del terremoto.

Buenos Aires, la capital de Argentina se movió cerca de 2.5 centímetros hacia el oeste. Y Santiago de Chile, la capital de ese país, se movió casi 28 centímetros hacia el oeste-sureste.
Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2010/03/100308132043.htm

II. La vida podría haber empezado con la ayuda de pequeñas moléculas que actuaron como médicos parteros para dar lugar a la formación de largas cadenas que después serían las proteínas y el ADN.

Científicos de la Escuela de Química y Bioquímica del Instituto de Tecnología de Georgia, en los Estados Unidos, han encontrado que una molécula llamada etidium puede ayudar a la formación de largos polímeros, e inclusive, puede seleccionar la estructura de los pares de bases que mantienen juntas a las dos cadenas del ADN.



Las bases nitrogenadas son compuestos orgánicos con los átomos formados en ciclos, e incluyen dos o más átomos de nitrógeno. Son parte importante del ácido ribonucléico (ARN) y del ácido desóxidorribonucléico (ADN). En particular, las importantes para el código genético son: la adenina, la guanina, la timina y la citosina. En cambio, en el ARN no aparece la timina, sino otra base que se llama uracilo.



Como hemos explicado en otras ocasiones, se les llama monómeros a la unión de pocos átomos que son capaces de unirse a otros para formar cadenas de átomos muy largos. De esas cadenas surgen los polímeros que son complejos de millares de átomos. Pueden ser sintéticos, o pueden estar ligados a los fenómenos que ocurren en los seres vivos, siendo estos últimos los fundamentales para nuestro tema.

El problema en los laboratorios siempre había sido que en la formación de estas largas cadenas lo más frecuente es que cuando alcanzan determinado tamaño reaccionan con otros elementos para cortarse en pedazos, con lo cual dejan de seguir creciendo. Así, la posibilidad de comprender cómo surgió la vida, que se basa en largas cadenas, seguía sin ser completamente entendido.

La aportación que venimos comentando consiste en que han encontrado que hay pequeñas moléculas que actúan como promotoras del crecimiento y formación de esas largas cadenas de átomos que aparecen en los tejidos de los seres vivos. Estas moléculas parteras son llamadas también intercaladores por la acción que llevan a cabo; en palabras de Nicholas V. Hud, uno de los investigadores entrevistados: “si tu tienes un intercalador presente, puedes conseguir polímeros. Pero si no hay intercaladores, no hay trabajo, así de simple.”

La fórmula desarrollada del Ethidium es:



Nicholas Hud y su equipo de científicos han comprobado qué tanta influencia producen las moléculas parteras en la creación del ADN, con sus pares de bases A (amina) con T (tiamina) y bases G (guanina) con C (citosina). Encontraron que éstas podrían determinar la estructura de apareamiento de las bases.

Además del Ethidium, hay otra molécula partera conocida, la aza3, que ayuda a la formación de pares de adenina con adenina. Sin embargo, los científicos se cuidan de no afirmar que el etidium pudo ser la molécula que originó la formación de las primeras cadenas de moléculas que dieron lugar a la vida. Solamente afirman que con esta clase de moléculas, podrían haber surgido los primeros polímeros genéticos.
Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2010/03/100308151043.htm

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