sábado, 4 de agosto de 2012

Física del salto con garrocha





El salto con garrocha es una competencia de atletismo que consiste en tratar de saltar por arriba de una varilla colocada horizontalmente a cierta altura. El procedimiento consiste en tomar impulso durante una carrera de 50 a 60 metros sosteniendo una vara larga que el atleta coloca en una cavidad que detiene su carrera y permite transferir la traslación horizontal en una vertical.

Las garrochas usadas a fines del siglo XIX eran de madera, pero a principios de los años 1900 fueron cambiadas por otras de bambú, que tenían la misma resistencia pero eran más livianas. Después se usaron garrochas de acero y de aluminio.

En lo referente al salto con garrocha, las reglas de la Federación Internacional de Atletismo Amateur son muy flexibles. No hay restricción sobre longitud de la garrocha, ni sobre el material que se usa para construirla, tampoco sobre la capacidad para almacenar energía en caso de deformación. La única estipulación es que la superficie sea suave en general y no tenga demasiada cobertura con cintas adhesivas.

A principios de los años 1960 se empezó a utilizar un nuevo tipo de garrochas a base de fibra de vidrio rellena de un polímero que es una forma de resina.




La característica de este tipo de garrochas fue incrementar la flexibilidad y permitir al atleta la realización de un movimiento gimnástico en el que se coloca con la cabeza hacia abajo, combando el cuerpo en torno a la varilla que no debe derribar, logrando así que su cuerpo arqueado pase por arriba mientras su centro de masa puede pasar por debajo de ella.

Si un saltador de 80 kilogramos alcanza una velocidad de 10 metros por segundo, que equivale a 36 kilómetros por hora, gana una energía cinética de 4,000 joules, lo cual puede convertir en una altura de 5 metros, si realiza los movimientos de acuerdo a la técnica correcta.

Sin embargo, los ganadores de la prueba de salto con garrocha logran marcas cercanas a los 6 metros, lo cual nos lleva a preguntarnos de dónde surge el metro restante.

La respuesta está en que, además de convertir el impulso horizontal logrado durante la carrera en otro impulso vertical, el atleta dobla la garrocha con los músculos del tronco y de los brazos, haciendo que, al combarse, ésta almacene una energía elástica que impulsa al saltador hacia arriba.

En condiciones ideales, la energía elástica de la garrocha puede llegar hasta los 1,250 joules, lo cual permitiría casi un metro con 60 centímetros adicionales, que sumados a los 5 metros ya mencionados, alcanzaría para llegar hasta alturas de 6 metros con 60 centímetros.

Lo anterior explica por qué antes de 1960 los mejores saltadores con garrocha estuvieron siempre por debajo de los 4 metros con 80 centímetros, logrando superar los 5 metros hasta el año de 1963.

En 1912 el mejor saltador del mundo alcanzaba los 4 metros con 2 centímetros, mientras que en 1960 se encontraban en los 4 metros con 80 centímetros. Esto nos dice que, en 48 años, apenas habían incrementado la mejor altura en 78 centímetros.

En cambio, bastaron 17 años, desde 1963 hasta 1980, para que alguien alcanzara una altura de otros 78 centímetros, lo que indica que el material y el diseño de la nueva garrocha de fibra de vidrio jugó un papel importante en el incremento súbito de la altura en esta prueba del atletismo. Lo hizo el polaco Wladyslaw Kozakiewics el 30 de julio de 1980 en Moscú.


Como ya mencionamos, el resultado teórico es que, si se aprovecha al máximo la energía elástica que puede almacenar la garrocha, para luego transferirla al impulso hacia arriba, los mejores saltadores lograrían una altura de 6.50 metros.

Serguei Bubka logró saltar 6.15 metros el 21 de febrero de 1993, pero el record mundial reconocido lo alcanzó en Italia en 1994, con 6.14 metros, siendo éste el que se mantiene hasta la fecha.



Bubka alcanzaba una velocidad de 9.9 metros por segundos, casi como un corredor de cien metros, y disponía de una técnica que es considerada la secuencia de posiciones de mejor calidad hasta la fecha.

En el caso de las damas, la competencia del salto con garrocha es dominada desde el año 2003 por la rusa Yelena Isinbayeva, de quien el entrenador Steve Rippon ha dicho que es de las pocas mujeres cuya técnica es tan buena como la de los varones, superándolos en la segunda parte del salto debido al enorme control que tiene sobre los movimientos de su cuerpo, lo cual se adjudica a que siendo niña y adolescente fue gimnasta, deporte del cual fue dada de baja por ser demasiado alta: ahora ella mide 1 metro con 75 centímetros.

La marca más alta lograda por Yelena Isibayeva es de 5 metros con 6 centímetros, que superó el 28 de agosto de 2009 en Zurich, Suiza.


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