jueves, 9 de junio de 2011

Sismología en el Golfo de Baja California (Vox Populi de la Ciencia, Radio Bemba)

8 de junio de 2011

Tratándose de sismicidad cercana a la Ciudad de Hermosillo, la parte del Golfo de Baja California que más nos debe interesar es la región media del mismo. La literatura científica más abundante sobre el tema proviene del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, desde donde se han producido una cantidad importante de artículos sobre sismicidad en la península y también en el golfo.

Para cerrar nuestras exposiciones sobre la sismicidad en el Golfo tomaremos como base un trabajo de Leobardo López Pineda y Cecilio Rebollar, quienes estudiaron el sismo ocurrido el 12 de marzo de 2003. Su magnitud fue de 6.2 grados Richter y se localizó a los 26.58 grados latitud norte y 111.09 grados longitud oeste, aproximadamente a 150 kilómetros al sur de Guaymas, en la cuenca de Carmen. En el programa del primero de junio de 2011, que ya puede ser consultado en nuestro blog, se explicó lo que son estas cuencas.
Fuente: Leobardo López Pineda y Cecilio Rebollar, Source characteristics of the Mw 6.2 Loreto earthquake of 12 march 2003 that occurred in a transform fault in the middle of the Gulf of California, Mexico, Bulletin of the Seismological Society of America, No. 2, pp. 419-430, April 2005, doi: 10.1785/0120030227.

El artículo de Leobardo López Pineda y Cecilio Rebollar señala la existencia de siete sismos importantes con epicentro en esa zona: uno muy poderoso ocurrido en 1901, dos más en 1964, uno en 1971, otro más en 1974, uno en 1988 y el de 2003, que ellos estudian. Se piensa que el primero de ellos fue de 7.0 grados Richter, los de 1964 ocurrieron el 5 y el 6 de julio de ese año, el primero fue de 6.3 grados y el segundo de 6.5.

A su vez, el sismo de 1971 ocurrió el 30 de julio de ese año y fue de 6.5 grados Richter, luego le siguió otro el 31 de mayo de 1974, con magnitud de 6.3 grados. El del 24 de febrero de 1988 fue de 6.6 grados y ocurrió a 117 kilómetros al sur de Guaymas. El sismo del 28 de agosto de 1995 fue de 6.2 grados Richter y finalmente el de 2003, que ya mencionamos.





Leobardo López Pineda y Cecilio Rebollar informan que el sector medio del Golfo de Baja California es parte de la frontera entre las placas del Norte América y la del Pacífico. En esa parte media se encuentran las cuencas de Guaymas, la de Carmen y la de Farallón.

Ellos afirman que esas cuencas son diferentes de las cuencas localizadas en la parte su del Golfo porque éstas últimas han desarrollado una propiedad que ellos llaman anomalías magnéticas, mientras que las que se encuentran en la parte media y en el norte del Golfo no tienen esa característica. Las anomalías magnéticas son variaciones bruscas en el campo magnético de la tierra, lo cual es resultado de las propiedades químicas o magnéticas de las rocas del subsuelo.

A partir del estudio de esas anomalías magnéticas, los expertos han concluido que la velocidad de separación de las placas es de 2 a 6 centímetros por año. Los especialistas en sismología manejan un concepto que llaman “stress drop”, en el idioma inglés, el cual podemos traducir como “caída de esfuerzo” y es una magnitud física que se mide en unidades de presión, que a su vez se entiende como la fuerza sobre un centímetro cuadrado, o alguna otra unidad de área. La caída del esfuerzo es la diferencia entre el esfuerzo en una falla geológica antes y después de un sismo.


Leobardo López Pineda y Cecilio Rebollar informan que esas caídas del esfuerzo se incrementan conforme se avanza de la cuenca de Wagner, localizada en la parte norte del Golfo de Baja California, hacia las cuencas de la parte media del Golfo. En la cuenca de Wagner se han calculado caídas de esfuerzo de 18 bars (o sea 18 atmósferas) cuando mucho. En cambio, en el sismo del 30 de julio de 1971 en la cuenca de Carmen la caída de esfuerzo fue de 125 bars (125 atmósferas).

En general, los sismos originados en el Golfo no han sido de magnitud superior a 7 grados Richter, pero como sabemos del sismo reciente de Lorca en España, incluso sismos de magnitud relativamente menor pueden ser destructivos, dependiendo de la frecuencia de oscilación del suelo, de la frecuencia a la que se pueden mover los edificios y de otras propiedades como la aceleración que presentan las ondas sísmicas.

Cerramos esta serie sobre la sismicidad en el Golfo de Baja California con una invitación a que se dedique más atención a esta clase de investigaciones, mejorando la formación y la contratación de personal de alto nivel sobre esta rama de la geofísica. Creando nuevas instituciones dedicadas al tema y/o fortaleciendo las existentes. Mejorando, además, la calidad de la información hacia el público, a fin de que respalde la solicitud de mejores presupuestos para esta clase de investigaciones y se traduzcan en conocimiento necesario para indicar cuáles son los cuidados que se deben tener en las construcciones de casas habitación, edificios públicos y privados, entre otros cuidados que se deben tener.

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