viernes, 16 de septiembre de 2011

El descubrimiento de más de 50 exoplanetas es un aliciente para el interés en saber si hay vida fuera de la Tierra


Actualidades Científicas. Anuncian el descubrimiento de más de
cincuenta exoplanetas. La búsqueda de
vida fuera de la Tierra se mantiene.
(Vox Populi de la Ciencia)
14 de septiembre de 2011
Hay una clase de cuerpos celestes que se llaman exoplanetas debido a que se encuentran fuera de nuestro sistema solar. Dentro de éstos, hay de dos tipos: los que giran alrededor de una estrella y los que se mueven libres, girando en torno al centro de la galaxia, como lo hace el Sol.

En el programa del 13 de enero de 2010 comentamos que la NASA había informado del descubrimiento de cinco exoplanetas. Dijimos también que por el momento estaban bautizados simplemente como exoplanetas Kepler 4b, 5b, 6b, 7b y 8b. Dijimos que Kepler 4b era solamente cuatro veces mayor en tamaño que la Tierra, en tanto que los otros cuatro eran más grandes que Júpiter.

En el programa del 8 de junio de 2011 informamos que los exoplanetas contabilizados desde 1995 hasta esa fecha había ascendido ya a más de 500. La actualidad consiste en que esta cifra sigue aumentando, pues ahora Michel Mayor de la Universidad de Génova, en Suiza, avisa que, trabajando con el equipo del Observatorio de La Silla, en Chile, han logrado encontrar más de cincuenta nuevos exoplanetas, siendo este el mayor número que ha sido anunciado en una sola ocasión desde que se inició el proceso de búsqueda de éstos.

La que sigue es una fotografía publicada en Panoramio por alguien que se firma barboon. Esta persona tiene además otras fotos de lugares distintos del mundo. En este caso se trata del Observatorio de La Silla en Chile.

El Observatorio de La Silla, es un conjunto de veinte telescopios de diferentes tamaños y diseñados para recibir diferentes clases de ondas electromagnéticas, es decir, luz de distintas frecuencias, o colores, incluidas las que no podemos ver. Por ejemplo, los telescopios TAROT Optical y REM Optical, tienen como propósito estudiar un tipo de señales que reciben el nombre de rayos gamma.

Ese observatorio se encuentra sobre una montaña que se llama La Silla, a 2 300 metros sobre el nivel del mar, con el fin de que la distancia recorrida por la luz de las estrellas en el interior del aire de la atmósfera, sea menor y la distorsión de las señales provenientes del espacio también sea más pequeña.

La que sigue es una fotografía de ese observatorio. Fue publicada en Panoramio por Horacio Parrague. Tiene además otra foto con una panorámica de La Silla tomada desde un avión. También esta persona tiene una interesantísima colección en Panoramio.


En línea recta, el observatorio se encuentra a 468 kilómetros al norte de la Ciudad de Santiago, capital de Chile. La región se encuentra en el Desierto de Atacama y es importante porque la cantidad de luz artificial es extremadamente reducida por la lejanía de las ciudades. Además, la presencia de nubes es sumamente reducida y la velocidad del viento no alcanza a levantar cantidades importantes de polvo.

Por las razones anteriores, la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO por su nombre en inglés, que es European Southern Observatory). Entre los instrumentos disponibles se encuentra uno de nombre HARPS, que son las siglas de su nombre en inglés y que traducimos como Buscador de Planetas con Velocidad Radial de Alta Precisión.

Si te interesa saber cómo funciona el instrumento HARPS puedes consultar el blog que ESO dedica a explicar ese sistema. Es: http://www.eso.org/sci/facilities/lasilla/instruments/harps/

El instrumento HARPS permite medir las velocidades de una estrella con respecto a la Tierra, prestando atención al movimiento de alejamiento o de acercamiento hacia nosotros, a lo cual se le denomina como “velocidad radial”. Se le considera el más preciso en el mundo en este aspecto, pues puede distinguir cambios en esa velocidad de hasta 1 metro por segundo, lo cual es similar a la de una persona caminando.

Con este método se pueden detectar los cambios de velocidad en la estrella que mantiene en órbita a un planeta. Dichos cambios muestran la presencia de un planeta, que es el responsable de las pequeñas modificaciones en la velocidad radial de la estrella.


El instrumento HARPS lleva ocho años funcionando y ha sido posible detectar más de 150 planetas desde entonces. Casi 100 de ellos tienen masas menores a la de Neptuno y su descubrimiento ha sido posible después de varios cientos de noches de observación del cielo.

También ha sido posible enumerar 376 estrellas parecidas a nuestro Sol y los astrónomos han estado aprendiendo a estimar qué tan probable es que estrellas parecidas a la nuestra tengan planetas con masas pequeñas, es decir, similares a la de la Tierra.

Uno de los intereses principales es descubrir la existencia de planetas que pudieran tener condiciones para la existencia de vida. Es interesante saber que entre los planetas que han encontrado hay ya una lista de cinco planetas con masas menores a cinco veces la de la Tierra. Es decir, masas muy parecidas a la de nuestro planeta.

Según Francesco Pepe, del Observatorio de Génova, en Suiza, esos planetas están en una lista de candidatos a ser observados por medio de otros instrumentos que permitan detectar ondas electromagnéticas con frecuencias que indiquen la presencia oxígeno.

Lo anterior es posible porque después de más de cien años de estudiar las sustancias químicas por medio de la luz, se ha acumulado mucha información y experiencia para saber que cada elemento, y también cada compuesto químico, tiene una colección de frecuencias de luz que absorbe y emite, que son exclusivas de cada sustancia química y son como la huella digital, o el ADN, que permite detectar a las personas.

Uno de los planetas recién descubiertos, que ha sido bautizado como HD 85512 b, tiene una masa de aproximadamente 3.6 veces la de la Tierra y se encuentra en una de las orillas de la llamada zona habitable. Ésta se define como la región, alrededor de una estrella, donde los planetas podrían tener temperaturas similares a las de la Tierra, siempre y cuando se mueva con órbitas casi circulares.

En este punto conviene agregar que los cuerpos celestes que se mueven en torno a una estrella pueden describir órbitas: parabólicas, hiperbólicas, elípticas, y como caso particular de estas últimas, circulares. Cuál de estas curvas sigue un planeta depende de su energía, misma que está dada en términos de la velocidad con la que se mueve y de la atracción que la estrella ejerce sobre éste.

Que las órbitas de los planetas sea casi circular es muy importante porque cuando es una elipse demasiado alargada, ocurrirá que a veces atraviesa por una zona muy caliente y a veces por una muy fría, de modo que las condiciones de existencia de vida desaparecen.

Lisa Kaltenegger, especialista en habitabilidad de exoplanetas, quien trabaja para el Instituto de Astronomía Max Planck, de Heidelberg, Alemania, afirma que este planeta es el de menor masa de todos los que han sido descubiertos y es uno de los más interesantes para dedicar esfuerzos tendientes a saber si hay allí signos de vida.

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