La historia de los balones
desinflados se enfoca hacia afirmar que el equipo de los Patriotas de
Nueva Inglaterra derrotó a los Potros de Indianápolis haciendo
trampa.
Se basa en presuntas
mediciones que habrían detectado una presión de 2 libras por
pulgada cuadrada menos que la lectura reglamentaria, la cual
establece que el balón “Tiene que tener entre 12.5 y 13.5 libras
de aire por pulgada cuadrada y pesar entre 14 y 15 libras. Debe tener
un axis largo de entre 11 y 12.5 pulgadas, una circunferencia larga
de entre 28 y 28.5 pulgadas y una circunferencia corta de entre 21 y
21.25 pulgadas.”
El problema radica en que
no establecen a cuál temperatura se debe realizar la medición, en
consecuencia, es evidente que este presunto escándalo no resistiría
un análisis cuidadoso. Veamos por qué:
A las temperaturas a las
cuales vivimos los seres humanos, la conducta del aire encerrado en
un recipiente se puede describir por medio de la ley del gas ideal,
que viene en casi cualquier texto de física básica.
donde P indica la
presión, V el volumen, T la temperatura, n el
número de moles y R una constante que recibe el nombre de
constante universal de los gases.
Un poco de álgebra
permite comparar dos situaciones distintas del gas contenido en un
balón de fútbol americano. 1) Las mediciones realizadas en un
recinto con aire acondicionado (presumiblemente 20 grados
centígrados) y otra a la intemperie, que podría ser de 0 o de 10
grados en la misma escala.
Bajo la hipótesis de que
el balón no modifica en forma apreciable su volumen, la ecuación
básica que compara ambas situaciones es
Balón sin desinflar
pero con temperatura modificada
Si el balón no es
desinflado, pero la medida se hace una oficina con aire acondicionado
(por calefacción en este caso) y luego el balón es sacado al campo
de juego, significa que el número de moles se conserva, pero la
temperatura cambia, entonces la expresión se reduce a la siguiente
Balón desinflado pero
sin cambiar la temperatura
En cambio, si el balón es
desinflado pero las mediciones se realizaron en el campo de juego, la
temperatura no cambia pero el número de moles en el interior del
balón sí. En ese caso la expresión se reduce a la siguiente
Ejemplos numéricos
El punto importante radica
en que si la temperatura cambió 20 grados centígrados, desde el
aire acondicionado hasta el campo de juego, entonces la presión se
reduce desde 13 hasta 12.11 libras por pulgada cuadrada.
En el mismo sentido, si lo
que se hace es desinflar el balón y se mantiene la misma
temperatura, para reducir la presión en esa misma cantidad, se
requiere extraer más del 7% del aire que contiene.
En este punto conviene una
reflexión que no es científica ¿puede creerse que un profesional,
sensible a los cambios pequeños de la bola de juego, no logra darse
cuenta?
Creer que el juego continuó sin que el equipo opositor se percatara, hasta perder por un marcador muy abultado, es difícil de concebir.
Las facilidades o
dificultades para manejar un balón desinflado
La contribución favorable de un balón ligeramente desinflado es la estabilidad que logra a causa de su giro en torno al eje más largo de la bola. Es similar a lo que ocurre con un trompo que no se cae mientras gira. O también, al caso de la bala de fusil que gira para mantener una trayectoria más cercana a una parábola.
En el caso del juego de fútbol americano, un mariscal de campo
acostumbrado a cierta presión que le permite hundir los dedos en el
balón un poco más de lo usual, podría sentirse descontrolado si no
ha entrenado con esas presiones.
En cambio, si ha
practicado con los balones a esas presiones, podría imprimirle un
giro a mayor velocidad angular. Con eso lograría un momento angular
superior, y también, más estabilidad del balón durante el vuelo. Más precisión en su objetivo.
Figura balón
Sin embargo, se
necesitaría también la costumbre del corredor que atrapa el balón.
Por lo tanto, se habría hecho necesario que el equipo completo
entrenara con los balones en esas condiciones.
Eso no involucra entonces
a una o dos personas. Se requiere el concurso de toda la institución.
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