Las dos fotos con que inicio esta
contribución fueron tomadas el 21 de diciembre de 2013, a 10
kilómetros al sur de Phoenix, desde una carretera que cruza la
reservación india que se localiza al oriente de la sierra de la
Estrella.
Esta posición de ocultamiento del Sol
es lo más al sur que se puede observar desde ese sitio porque se
trata del solsticio de invierno, a 7 horas de terminado el otoño.
Entre la carretera que se observa en
las fotos y la sierra del fondo pasa el Río Gila.
La posición geográfica son los 33
grados con 13 minutos de latitud norte y 111 grados con 13 minutos
de longitud oeste. La hora civil de Arizona eran las 17 horas con 16
minutos.
Al mismo tiempo, a 123 kilómetros al
norte de Mazatlán, por la autopista de cuota que comunica a esta
ciudad con Culiacán Sinaloa, el Sol se ocultaba a las 17 hora con 26
minutos.
Esta última posición geográfica es a
24 grados con 6 minutos de latitud norte y 106 grados con 50 minutos
de longitud oeste.
Explicaremos ahora cómo es este
conteo:
La longitud y la latitud para situar
puntos sobre la Tierra
En el conteo establecido por los
ingleses se empiezan a contar los grados de longitud oeste a partir
del meridiano de Greenwich hasta llegar a 180 cerca de la mitad del
Océano Pacífico. Así mismo, se cuentan hacia el oriente otros 180
grados, pero son llamados de longitud este.
Además, respecto al ecuador se cuentan
90 grados hacia el norte (latitud norte) y 90 grados hacia el sur
(latitud sur).
Explicación basada en las
diferencias de hora de ocultamiento del Sol basados en la latitud
Regresando al tema del ocultamiento del
Sol, salvo la precisión de nuestros relojes personales, ¿a qué se
deben los 11 minutos de diferencia entre ambas observaciones?
Si la latitud a la cual se realizaron
las dos observaciones fuera la misma, la diferencia entre ambas
debería ser de solamente 4 minutos, lo cual nos hubiera obligado a
sincronizar los relojes con mayor precisión. Esto se puede entender
porque por cada grado de longitud, hay una diferencia de 4 minutos.
Explicaremos este punto con mayor
cuidado: la Tierra está dividida en 24 usos horarios, que son
dibujados en los mapas como regiones separadas por los meridianos. A
cada uso horario le toca una hora de diferencia.
A cada uso horario le corresponden 15
grados de longitud, de modo que si la diferencia en el número de
grados entre Phoenix y el sitio mencionado al norte de Mazatlán es
de menos de cuatro grados y medio. Si la latitud en las dos
observaciones hubiera sido la misma, la diferencia de ocultamiento
del Sol debió haber sido únicamente de un poco más de 4 minutos.
Vamos a poner otro ejemplo, pero éste
tiene que ver con la diferencia de horario entre la Ciudad de México
y Hermosillo. Si no fuera por el sistema de usos horarios y acuerdos
comerciales entre los países para regir la hora, la diferencia entre
ambas horas debería ser 48 minutos más tarde en México. Pero como
sabemos, es de una hora en invierno y de dos horas en verano.
Para cerrar el tema del ocultamiento
del Sol el 21 de diciembre de 2013, diré que de los comentarios
anteriores resulta que casi 7 de los 11 minutos de diferencia se
deben a que la hora de avistamiento del ocultamiento del Sol se
modifica mucho con la latitud.
Tomando los casos extremos, en Alaska
están a oscuras desde hace varias semanas, mientras que en la
Antártida tienen 24 horas de luz.
Los calendarios de horizonte y la
sabiduría de las etnias originarias de América
Como expliqué el 22 de marzo de 2011,
en una contribución a este blog que llamé “El Sol y los
calendarios de horizonte en América”, cada pueblo antiguo debió
resolver sus necesidades de medición del tiempo por sus propios
medios usando este sistema la mayoría de las veces. La liga para
leer lo anterior es la siguiente:
Esto debería obligarnos a darles a
nuestros pueblos originales el reconocimiento y el valor que se
merecen. Si ahora su cultura se encuentra postrada, es consecuencia
de la acción genocida y destructora de los inmigrantes llegados de
Europa.
Por ejemplo, la vista con la que abro
este blog seguramente fue la perspectiva que tuvieron los antecesores
de la etnia Hohokam que habitó al oriente de Phoenix hace cerca de
mil años. Con la sierra de la Estrella pudieron detectar y medir los
ocultamientos del Sol para marcar su calendario de horizonte y
señalizar cuidadosamente las estaciones del año. Esto les servía a
ellos para saber cuándo llegarían las escasas lluvias de verano y
las nevadas en las sierras del norte y del oriente. Seguramente
sabían que los hielos derretidos en primavera traían las aguas que
eran conducidos por los ríos Salado y Gila. Este último se ve como
sigue desde la autopista (free way) número 10, que corre por el sur
y centro de Arizona y conecta eficientemente a Texas con California.
Los historiadores saben que los
antecesores de los indios Hohokam construyeron grandes y largos
canales de irrigación. Nos cuentan que en la parte oriental de Mesa
y de Chandler (al oriente de Phoenix) fundaron y mantuvieron una
ciudad de al menos 4 ancho por 6 kilómetros de largo.
Cuando llegaron a ese territorio los
europeos invasores, reclamando los terrenos recientemente arrebatados
a México como consecuencia del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848,
pudieron descubrir los canales del actual valle de Phoenix y
avistaron cómo estos se extendían hacia el sur, en donde ahora es
Casa Grande.
Como el valle donde se ubica Casa
Grande no les pertenecía oficialmente, pero ofrecía una riquísima
oportunidad para futuros cultivos, promovieron que su gobiernos se
apropiara también de esos territorios. Así surgió el tratado que
consistió en la venta de La Mesilla, por Antonio López de Santa
Ana.
Debido al desconocimiento del terreno por parte de algunos historiadores, se nos
presenta la venta de esos terrenos poniendo como motivo que los Estados
Unidos querían construir por allí un ferrocarril, pero quien conoce
la topografía de Arizona sabe muy bien que el ferrocarril podría
haber pasado por el valle de Phoenix, que sí se encontraba al norte
del Río Gila y luego doblar lentamente hacia el sur.
Por cierto, de acuerdo al Tratado de
Guadalupe Hidalgo la sierra de la Estrella quedaba como propiedad de
México, porque en éste se acordó que nuestro país llegaba hasta
la parte central de ese río.
Todos los tratados fueron firmados
entre gobiernos formados por descendientes de inmigrantes que jamás
tomaron en cuenta la opinión de los indios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario