La ignorancia de
los políticos mexicanos
Siempre que se
aborda el tema del petróleo mexicano en las esferas políticas de
este país, se le considera como un sinónimo de fuente de energía.
Por ignorancia, o
por mala fe, durante mayo y junio de 2013 se ha estado argumentando
en México que, si no se toman las medidas necesarias para vender el
petróleo que tenemos en los próximos años, será imposible su
venta debido a que está siendo sustituido por otras fuentes de
energía.
La importancia de la
industria petroquímica, y en consecuencia, de la ciencia y de la
tecnología que involucra, es ignorada cuando se realiza esa
afirmación.
Equiparar al
petróleo con un combustible significa dejar de lado que a partir de
éste se obtienen plásticos, fibras de hule, solventes, aislantes,
tubos, juguetes, instrumentos de uso doméstico, llantas para autos,
pegamentos, alfombras, etcétera.
En los Estados
unidos la petroquímica es un asunto de seguridad nacional, como se
puede constatar en la siguiente dirección de la asociación
estadounidense conocida con las siglas AFPM por su nombre en Inglés
(American Fuel & Petrochemical Manufacturers).
En México, en
cambio, la ignorancia de nuestros políticos, trasladada a su
permanente imposibilidad para buscar las asesorías correctas, a
pesar de que se les entrega dinero para que las contraten, borra
olímpicamente la sabiduría contenida en una de las afirmaciones del
sitio de Internet que acabo de citar. Dicen “Ninguna nación puede
ser líder mundial en relaciones internacionales y poderío militar,
sin una base manufacturera exitosa”.
El impacto de la
industria petroquímica y su importancia en la vida diaria
De acuerdo al
siguiente sitio de Internet:
los productos
petroquímicos incluyen plásticos, jabones, detergentes, solventes,
pinturas, fármacos, fertilizantes, pesticidas, explosivos, fibras
sintéticas y hules, así como materiales para pisos y techos de
edificios y casas habitación. Abundando sobre el tema, asegunra que
los petroquímicos se pueden encontrar en productos como las
aspirinas, los automóviles, la ropa, los discos compactos (CD),
videotapes, equipo eléctrico, muebles, entre otros.
De tan extensa, la
lista de productos extraídos de la petroquímica no puede ser
exhaustiva.
De todo el crudo
extraído, casi el 95% se utiliza como combustible y solamente el 5%
es dedicado anualmente a la fabricación de productos petroquímicos.
Es la vigésima parte.
Lo anterior
significa que por cada año de petróleo crudo que vendemos al
exterior, compramos 20 años de futura dependencia del extranjero.
Al vender el
petróleo crudo, o dejarlo en las manos de las industrias
extranjeras, aunque sea parcialmente, nos estamos condenando a
depender en un futuro próximo en: alimentos, vestimenta,
impermeabilizantes y esparcimiento.
Debe reconocerse que
algunos de estos compuestos cumplen funciones muy adecuadas y son
considerados buenos sustitutos de los productos naturales. Otros, en
cambio, han producido problemas ecológicos severos. Así lo hemos
aprendido con la proliferación de bolsas de plático, que en México
desplazaron a las de fibra de henequén. Una industria nacional.
Un poco de
información técnica
Un esquema
organizado, de utilidad para estudiantes que ya han cursado los
cursos de química del bachillerato, se puede encontrar en la
siguiente dirección:
A su vez, una carta
más amplia, y también mejor organizada de los productos
petroquímicos, se puede encontrar de la manera siguiente:
Primero: entre Usted
en el siguiente sitio
http://www.afpm.org/policy-positions-petrochemicals/
Segundo: busque la
frase “Chart of products made from petrochemicals”, pulse allí y
estará en condiciones de obtener un archivo PDF con una lámina a
colores de la misma.
La petroquímica
inicia con los materiales crudos, o primarios. Estos son los que se
extraen directamente del subsuelo, como: el gas natural, el etano, el
propano, el butano y la nafta. Todos vienen en un compuesto llamado
petróleo crudo.
El petróleo crudo y
el gas natural están formados de moléculas de hidrocarbonos y
pueden contener desde uno hasta varios átomos de carbono, además de
átomos de hidrógeno.
A partir de allí se
obtienen los petroquímicos primarios, como el metanol, el etileno,
el propileno, el butadieno, el benzeno, el tolueno y el jileno. Otros
ejemplos se muestran en la figura siguiente con su fórmula química
Después sigue la
petroquímica de elementos intermedios y sus derivados. Ésta
consiste en que a partir de los compuestos primarios se forman
productos petroquímicos más complejos, a los cuales se les reconoce
como intermedios. Además se pueden hacer a partir de otros productos
intermedios que contienen solamente carbón e hidrógeno pero se les
agregan átomos de cloro, nitrógeno, oxígeno, entre otros. A veces
se trata de productos terminados, listos para ser almacenados y
dedicados a usos específicos. En otras ocasiones son productos
destinados a procesos químicos posteriores para obtener nuevos
derivados.
El método más
usual en esta etapa de la petroquímica se llama polimerización. Es
un proceso en el cual se parte de compuestos con muy pocos átomos
para hacer compuestos con muchos átomos. En el lenguaje técnico a
los primeros se les llama monómeros y se les identifica como
sustancias de bajo peso molecular, mientras que a los segundos se les
llama polímeros y son considerados de alto peso molecular. Así se
obtienen plásticos, fibras de hule, etcétera.
Entre estos están
el vinilo de acetato para fabricar pintura, textiles sintéticos.
Comentarios
breves sobre una política correcta acerca del petróleo
El paso más
importante es deslindar al petróleo crudo de las políticas
energéticos y trasladarlo a un interés nacional superior.
En una política
adecuada, México no debería vender petróleo crudo. En su lugar
podría, puesto que se encuentra en condiciones, y debería impulsar
la formación de miles de jóvenes científicos en ramas que van
desde la matemática, hasta la física y la química, para disponer
de muchos investigadores y técnicos del más alto nivel, a fin de
absorber tecnología y ponernos en condiciones de crear la propia.
En esta política
adecuada, México podría, y debería, disponer de sus propias
industrias petroquímicas.
En una contribución
posterior a este blog demostraré con números que esto es posible si
los recursos económicos no se malbaratan.
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