25 de mayo de 2011
I. El Proyecto de Pronósticos Meteorológicos Tropicales de la Universidad Estatal de Colorado afirma que en el año 2011 habrá más huracanes de lo normal en el Océano Atlántico.
Esta afirmación es hecha por los investigadores de una dependencia que se encuentra dentro del sistema de la Universidad Estatal de Colorado y está dirigida por Philip Kotzbach y por William Gray. Ellos han hecho en abril de 2011 un pronóstico de la cantidad de huracanes que se esperan en el Océano Atlántico durante la temporada del año 2011.
Se trata de un reporte de 44 páginas en cuyo resumen sintetizan que a partir de la información disponible hasta el mes de marzo de 2011 la temporada de huracanes del Océano Atlántico será significativamente más alta que la del promedio de las temporadas de 1950 al año 2000.
El promedio de las temporadas de esos 50 años es de 5.9 huracanes por año. En cambio, ellos afirman que para el año 2011 esperan 9 huracanes. Su trabajo introduce una corrección respecto del pronóstico que habían hecho en diciembre de 2010 porque en esa fecha no estaba claro que existe un proceso de enfriamiento del Océano Atlántico respecto de los años previos, al mismo tiempo que se presenta un periodo de calentamiento relativo del Océano Pacífico, en el cual pronostican que se realizará una transición del fenómeno de La Niña hacia condiciones neutrales.
Dicho de otra forma, en los meses que ya transcurrieron la temperatura del agua en la superficie del mar estuvo predominantemente por debajo de lo usual, ahora está alcanzando los grados centígrados que son considerados como promedio y, probablemente, pasará a temperaturas más altas, con lo cual podríamos tener el fenómeno de El Niño.
Estas condiciones normales son el antecedente en el que es posible el paso a un fenómeno de El Niño. Los autores definen el fenómeno de El Niño como un periodo de 12 a 18 meses en los que la superficie del agua del mar presenta temperaturas más altas que el promedio. En palabras de ellos, eventos moderados o fuertes de El Niño se presentan con un periodo que va de 3 a 7 años en promedio.
Los autores afirman que el fenómeno de La Niña pasó de moderado a fuerte durante el invierno de 2010 a 2011 y se ha empezado a debilitar rápidamente en un intervalo de tiempo de tan solo dos meses.
Philip Kotzbach y William Gray afirman que, de acuerdo a sus datos estadísticos, en el pasado se han presentado más huracanes en el Océano Atlántico cuando en el Océano Pacífico ha ocurrido el cambio del fenómeno de La Niña al fenómeno de El Niño.
Como hemos relatado en otros programas de Vox Populi de la Ciencia, los científicos descubrieron hace menos de 30 años que los cambios en el Océano Pacífico influyen sobre el clima en el Océano Atlántico y también en Europa. Ésta es la base para el trabajo de Kotzbach y Gray.
Fuente: http://hurricane.atmos.colostate.edu/Forecasts
II. Ahora es posible cultivar en el laboratorio los astrocitos, que son las células del cerebro que forman la glía y constituyen más de la mitad de la masa cerebral.
Un grupo de cuatro investigadores que trabajan para la Universidad de Wisconsin en Madison y para el Centro Waisman, además de al menos un investigador de la Universidad de Shanghai, han logrado el cultivo de astrocitos en sus laboratorios. Se trata de un artículo de Robert Krencik, Jason P. Weick, Yan Liu, Zhi-Jian Zhang, Su-Chun Zhang, que se intitula: “Especificación de subtipos de astroglía trasplantable a partir de células madre pluripotentes”, apareció en la edición en línea de la revista científica Nature Biotechnology, a partir del 22 de mayo de 2011.
Los astrocitos son las células que forman la glía, se llaman así porque su forma se asemeja a la de estrellas brillando y forman un tejido que ocupa más de la mitad del cerebro. La glía es el tejido en el que se encuentran inmersas las neuronas, las abastece de la sangre con los nutrientes y el oxígeno necesarios para su trabajo y las protege para que desarrollen su trabajo.
El cerebro no está formado únicamente de neuronas, necesitan de la glía para poder funcionar y es la glía la encargada de todo el trabajo de abastecimiento y protección necesarios. Por esa razón, son participantes directos en lo que hace bien el cerebro y también en lo que hace mal cuando hay alguna enfermedad.
La base para el trabajo científico que estamos relatando son las células madre pluripotentes, que tienen la característica de que pueden desarrollar descendencia que las lleve a producir distintos tejidos.
Una explicación amplia sobre las células madre puede ser encontrada en el blog de Vox Populi de la Ciencia, en el programa emitido el 3 de febrero de 2010. Otros usos de las células madre pueden ser consultados en el programa que emitimos el 1º de septiembre de 2010 y también en el del 21 de noviembre de ese mismo año.
En el resumen de su artículo los autores explican que partieron de células madre de seres humanos, que enseguida pudieron procesar en laboratorio para obtener un tipo de células distintas y en grandes cantidades. Analizaron su contenido genético y lograron establecer la semejanza genética con los astrocitos, de modo que pudieron concluir que las células obtenidas sí podían ser clasificables como astrocitos.
Las células obtenidas fueron trasplantadas en cerebros de ratones para ponerlas en contacto con vasos sanguíneos y encontraron que éstas lograron desarrollarse hasta ser células maduras, formando conexiones con esos vasos sanguíneos. Los autores de la investigación consideran que las células que ellos han cultivado pueden ser aprovechadas para estudiar los astrocitos del cerebro humano y entender el papel que juegan en procesos de enfermedades y de desórdenes neurológicos. Cabe aclarar que los autores no especifican en el resumen a cuáles enfermedades se refieren, de modo que la pregunta queda abierta para otros científicos que se interesen en el uso de estos astrocitos de laboratorio.
Fuente: http://www.nature.com/nbt/journal/vaop/ncurrent/full/nbt.1877.html
En el portal de difusión científica Science Daily News se presenta una entrevista con uno de los autores del artículo de investigación que estamos comentando. Allí el Dr. Zhang sí abunda sobre la posibilidad de que en algún futuro cercano se pudieran usar estos cultivos de astrocitos para probar sobre ellos cuál es el efecto que producen nuevos fármacos con los que se espera tratar enfermedades del cerebro.
El Dr. Zhang también dejan abierta la oportunidad de que en un futuro lejano se podrían trasplantar células de este tipo en cerebros lesionados por diversos tipos de trauma, incluyendo problemas en la espina dorsal, mal de Parkinson, la enfermedad de Lou Gehrig, entre otros.
Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2011/05/110522141543.htm
III. Un nuevo fármaco para tratar la hepatitis C. Este 23 de mayo de 2011 la dependencia del Gobierno de los Estados Unidos responsable de verificar y de aprobar o rechazar nuevos medicamentos, acordó un nuevo fármaco para combatir la Hepatitis C. Su nombre es Incivek.
La dependencia del Gobierno de los Estados Unidos, U. S. Food and Drugs Administration (FDA), que podemos traducir como Administradora de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos, aprobó este lunes 23 de mayo de 2011 un nuevo fármaco para combatir la hepatitis C.
La hepatitis C es una enfermedad infectocontagiosa que afecta al hígado. Es producida por un virus que produce una inflamación de ese órgano e impide su funcionamiento correcto. Al principio la enfermedad se parece a una gripe, se presentan síntomas de cansancio, náuseas, comezón en el cuerpo, fiebre, pérdida de apetito, dolor en la zona en que se encuentra el hígado, diarrea y tos seca. La orina se oscurece y el excremento es de color claro, además de que los ojos y la piel toman un color amarillento.
La enfermedad presenta una fase aguda que dura de 3 a 6 meses, y después de ella, en más del 20% de los casos el organismo logra sobreponerse al virus. La hepatitis C tiene un periodo de evolución muy largo, pues en los siguientes 20 ó 30 años puede aparecer una fase crónica con algunas alteraciones que son reconocidas por los médicos, quienes indican análisis adecuados para ese propósito. En la conducta de la persona suele presentarse cierta baja de ánimo y falta de audacia. Cabe advertir que la percepción de la audacia es un concepto subjetivo en el que el médico puede confiar o desconfiar, dependiendo de su experiencia. Enseguida se presenta una fase de evolución más rápida en la que el hígado toma un aspecto fibroso, desemboca en una enfermedad conocida como cirrosis y en algunos casos, del orden del 5%, en cáncer de hígado.
El nuevo fármaco aprobado, llamado Incivek, fue evaluado en tres fases de pruebas clínicas distintas, usándolo en 2 250 adultos que no habían sido tratados previamente. El tratamiento duró 24 semanas, es decir, 6 meses, y en el 79% de los casos ya no se detectó infección en las pruebas sanguíneas que se llevaron a cabo.
La conclusión alcanzada es que el Inciveck produce resultados mejores que otros tratamientos estándar, algunos de los cuales requieren hasta de 11 meses de duración.
Fuente: http://www.fda.gov/NewsEvents/Newsroom/PressAnnouncements/ucm256299.htm
De acuerdo a un trabajo publicado en el año 2005 por un grupo de investigadores mexicanos, había en el mundo 170 millones de personas con hepatitis C, en tanto que el 0.7% de los mexicanos padecía esta enfermedad. El trabajo fue publicado en el portal de Inbiomed, se intitula “Panorama epidemiológico y situacional de la hepatitis C en México”, los autores son: Lizeth Vera de León, Jesús Alberto Juárez Navarro, Marcelino Díaz Gómez, Jorge Méndez Navarro, Ruby Ann Chirino Sprung, Margarita Dehesa Violante y Leticia Casillas Dávila. La dirección del portal será publicado en el blog de este programa.
Nosotros hicimos un cálculo aritmético para saber cuántas personas estaban enfermas de hepatitis C en México en el año 2005 y planteamos como hipótesis que en esa fecha había 105 millones de mexicanos. Encontramos que el 0.7% son 735 mil mexicanos. Por lo tanto, la disposición inmediata de este fármaco en México, a través de las dependencias públicas de salud, es muy importante.
Los autores mexicanos presentaron además las siguientes conclusiones en su estudio publicado en el año 2005:
1. La principal vía de transmisión en el grupo estudiado fue la transfusional, es decir, mediante transfusiones de sangre contaminada. Sin embargo, después de 1995 disminuyó en forma significativa (4.5%) en relación con la introducción de las pruebas de escrutinio en los bancos de sangre.
2. El tiempo promedio de la transfusión al diagnóstico es similar a lo reportado en la literatura mundial (23 años para hepatitis crónica y 26 años para cirrosis hepática).
3. El uso de drogas clasificadas por ellos como tipo IV tiende a ser una vía de transmisión importante para la infección por virus C en la frontera norte del país.
4. El mayor porcentaje de los pacientes diagnosticados con infección por virus C recibe tratamiento, siendo el más utilizado el tratamiento combinado con interferón pegilado alfa-2a más ribavirina.
5. El 50% de los pacientes con cirrosis hepática enfrentan complicaciones tardías, en especial aquellos que nunca recibieron tratamiento.
http://www.imbiomed.com.mx/1/1/articulos.php?method=showDetail&id_articulo=30149&id_seccion=50&id_ejemplar=3090&id_revista=10
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