sábado, 22 de junio de 2013

La política petrolera de México y la petroquímica



La ignorancia de los políticos mexicanos

Siempre que se aborda el tema del petróleo mexicano en las esferas políticas de este país, se le considera como un sinónimo de fuente de energía.


Por ignorancia, o por mala fe, durante mayo y junio de 2013 se ha estado argumentando en México que, si no se toman las medidas necesarias para vender el petróleo que tenemos en los próximos años, será imposible su venta debido a que está siendo sustituido por otras fuentes de energía.

La importancia de la industria petroquímica, y en consecuencia, de la ciencia y de la tecnología que involucra, es ignorada cuando se realiza esa afirmación.

Equiparar al petróleo con un combustible significa dejar de lado que a partir de éste se obtienen plásticos, fibras de hule, solventes, aislantes, tubos, juguetes, instrumentos de uso doméstico, llantas para autos, pegamentos, alfombras, etcétera.


En los Estados unidos la petroquímica es un asunto de seguridad nacional, como se puede constatar en la siguiente dirección de la asociación estadounidense conocida con las siglas AFPM por su nombre en Inglés (American Fuel & Petrochemical Manufacturers).

En México, en cambio, la ignorancia de nuestros políticos, trasladada a su permanente imposibilidad para buscar las asesorías correctas, a pesar de que se les entrega dinero para que las contraten, borra olímpicamente la sabiduría contenida en una de las afirmaciones del sitio de Internet que acabo de citar. Dicen “Ninguna nación puede ser líder mundial en relaciones internacionales y poderío militar, sin una base manufacturera exitosa”.

El impacto de la industria petroquímica y su importancia en la vida diaria

De acuerdo al siguiente sitio de Internet:
los productos petroquímicos incluyen plásticos, jabones, detergentes, solventes, pinturas, fármacos, fertilizantes, pesticidas, explosivos, fibras sintéticas y hules, así como materiales para pisos y techos de edificios y casas habitación. Abundando sobre el tema, asegunra que los petroquímicos se pueden encontrar en productos como las aspirinas, los automóviles, la ropa, los discos compactos (CD), videotapes, equipo eléctrico, muebles, entre otros.

De tan extensa, la lista de productos extraídos de la petroquímica no puede ser exhaustiva.
De todo el crudo extraído, casi el 95% se utiliza como combustible y solamente el 5% es dedicado anualmente a la fabricación de productos petroquímicos. Es la vigésima parte.


Lo anterior significa que por cada año de petróleo crudo que vendemos al exterior, compramos 20 años de futura dependencia del extranjero.

Al vender el petróleo crudo, o dejarlo en las manos de las industrias extranjeras, aunque sea parcialmente, nos estamos condenando a depender en un futuro próximo en: alimentos, vestimenta, impermeabilizantes y esparcimiento.

Debe reconocerse que algunos de estos compuestos cumplen funciones muy adecuadas y son considerados buenos sustitutos de los productos naturales. Otros, en cambio, han producido problemas ecológicos severos. Así lo hemos aprendido con la proliferación de bolsas de plático, que en México desplazaron a las de fibra de henequén. Una industria nacional.

Un poco de información técnica

Un esquema organizado, de utilidad para estudiantes que ya han cursado los cursos de química del bachillerato, se puede encontrar en la siguiente dirección:

A su vez, una carta más amplia, y también mejor organizada de los productos petroquímicos, se puede encontrar de la manera siguiente:
Primero: entre Usted en el siguiente sitio http://www.afpm.org/policy-positions-petrochemicals/
Segundo: busque la frase “Chart of products made from petrochemicals”, pulse allí y estará en condiciones de obtener un archivo PDF con una lámina a colores de la misma.

La petroquímica inicia con los materiales crudos, o primarios. Estos son los que se extraen directamente del subsuelo, como: el gas natural, el etano, el propano, el butano y la nafta. Todos vienen en un compuesto llamado petróleo crudo.

El petróleo crudo y el gas natural están formados de moléculas de hidrocarbonos y pueden contener desde uno hasta varios átomos de carbono, además de átomos de hidrógeno.

A partir de allí se obtienen los petroquímicos primarios, como el metanol, el etileno, el propileno, el butadieno, el benzeno, el tolueno y el jileno. Otros ejemplos se muestran en la figura siguiente con su fórmula química








Después sigue la petroquímica de elementos intermedios y sus derivados. Ésta consiste en que a partir de los compuestos primarios se forman productos petroquímicos más complejos, a los cuales se les reconoce como intermedios. Además se pueden hacer a partir de otros productos intermedios que contienen solamente carbón e hidrógeno pero se les agregan átomos de cloro, nitrógeno, oxígeno, entre otros. A veces se trata de productos terminados, listos para ser almacenados y dedicados a usos específicos. En otras ocasiones son productos destinados a procesos químicos posteriores para obtener nuevos derivados.

El método más usual en esta etapa de la petroquímica se llama polimerización. Es un proceso en el cual se parte de compuestos con muy pocos átomos para hacer compuestos con muchos átomos. En el lenguaje técnico a los primeros se les llama monómeros y se les identifica como sustancias de bajo peso molecular, mientras que a los segundos se les llama polímeros y son considerados de alto peso molecular. Así se obtienen plásticos, fibras de hule, etcétera.

Entre estos están el vinilo de acetato para fabricar pintura, textiles sintéticos.

Comentarios breves sobre una política correcta acerca del petróleo

El paso más importante es deslindar al petróleo crudo de las políticas energéticos y trasladarlo a un interés nacional superior.

En una política adecuada, México no debería vender petróleo crudo. En su lugar podría, puesto que se encuentra en condiciones, y debería impulsar la formación de miles de jóvenes científicos en ramas que van desde la matemática, hasta la física y la química, para disponer de muchos investigadores y técnicos del más alto nivel, a fin de absorber tecnología y ponernos en condiciones de crear la propia.

En esta política adecuada, México podría, y debería, disponer de sus propias industrias petroquímicas.

En una contribución posterior a este blog demostraré con números que esto es posible si los recursos económicos no se malbaratan.