miércoles, 25 de agosto de 2010

Las inundaciones en Hermosillo y un evento catastrófico de probabilidad muy pequeña

Emisión del 25 de agosto de 2010
(continuación del programa del 18 de agosto previo)


IV. ¿Por qué se inundaron las casas y comercios de las calles Galeana, Dr. Pesqueira y Boulevard Centenario?





Conviene establecer que en los sitios en que la calle Galeana cruza el vado del río, la altura sobre el nivel del mar es de 196 metros.
A la altura del Boulevard Serna se incrementa a 198 metros sobre el nivel del mar y a 275 metros al norte del Serna, la altura de la calle Galeana sobre el nivel del mar es de 200 metros. Cuatro metros más que en el vado del río.




La calle Galeana, en su cruce con la calle Tehuantepec alcanza una altura de 202 metros sobre el nivel del mar. Lo mismo ocurre en su cruce con la calle Dr. Paliza, cerca de la catedral de la ciudad de Hermosillo.
Este incremento de altura respecto al vado del río se revierte enseguida, pues en el cruce de la calle Galeana con Boulevard Centenario la altura sobre el nivel del mar es de 201 metros.




En el cruce de la calle Galeana con la calle Dr. Pesqueira tenemos de nuevo 202 metros sobre el nivel del mar. De allí en adelante, caminando siempre hacia el norte, todo es cuesta arriba, hasta alcanzar en el centro de las artes de la UNISON, en la calle Colosio 206 metros sobre el nivel del mar.

Entonces tenemos una cuenca pequeña que capta agua de lluvia y la canaliza por la calle Dr. Pesqueira y por el mismo Boulevard Centenario rumbo al poniente, hacia la calle Reforma y no hacia el vado del río. Una cuenca es el territorio en el que el agua de lluvia lleva a un mismo arroyo o río.







El problema reside en que esa conducción es muy lenta y en que se trata del agua captada en todo el centro de la ciudad, más la que baja por la falda norte del cerro de la Campana.



Para demostrar que efectivamente ése es el caso, tomemos ahora la calle Yáñez como referencia. En su cruce con el Boulevard Luis Encinas (o Blvd. Transversal) hay una altura de 210 metros sobre el nivel del mar.
Avanzando hacia el sur por la calle Yáñez, en su cruce con la calle Monterrey la altura sobre el nivel del mar es de 208 metros. Cuando se llega a la calle Serdán, esa altura ya ha disminuido un metro, lo mismo ocurre en el cruce de las calles Yáñez y No Reelección, después sigue la falda del cerro de la Campana.
La conclusión es que el agua que llueve sobre el centro de la ciudad no tiende a alejarse del cerro de la Campana hacia el norte, sino que tiende a salir hacia el poniente, hacia la plaza Zaragoza y de allí al destino que ya mencionamos: la calle Reforma, en lugar del vado del río.
¿Con qué velocidad viaja el agua? Eso depende de la inclinación del terreno, de la fricción de la corriente de agua con el suelo y de la viscosidad de este líquido, sin considerar otros efectos físicos de importancia menor.

El agua que se encuentra en las calles Serdán y Rosales está a 208 metros sobre el nivel del mar y cae 2 metros desde allí hasta el cruce de calle Rosales y No Reelección, después cae 5 metros desde el cruce de Rosales y No Reelección hasta la calle Galeana. Esto último ocurre en una distancia de 350 metros.

Usando fórmulas de las matemáticas para medir la inclinación, o pendiente en palabras de los matemáticos, sabemos que es un número que resulta más de tres veces menor que el del tramo que va desde el centro de la ciudad hasta la calle Galeana, debido a que el agua recorre más distancia y baja menos altura respecto al nivel del mar. Dicho de otra forma ¡El agua baja rápidamente y casi se queda estancada!

V. Un escenario catastrófico, poco probable, como premisa para estudiar el riesgo de inundación en Hermosillo

Regresando al documento desarrollado por IMPLAN en el año 2006, cabe afirmar que la calidad del mapa disponible en ese documento no es técnicamente buena, porque no dibuja adecuadamente las curvas de nivel del terreno de la ciudad, razón por la cual nos dimos a la tarea de medir las alturas sobre el nivel del mar en la ciudad de Hermosillo, pensando en el siguiente escenario catastrófico, pero improbable:

1.Supongamos lluvias similares a las ocurridas en el área de Empalme y Guaymas los días 2 y 3 de septiembre de 2009 como parte de los efectos del huracán Jimena.
2.Supongamos, además, que eso ocurre después de lluvias de julio y agosto correspondientes a los picos más altos de precipitaciones en la cuenca del Río Sonora, tal que están a su máxima capacidad las presas Rodolfo Félix Valdéz (llamada también del molinito) y Abelardo L. Rodríguez, así como la gran cantidad de pequeños represos ubicados en los arroyos afluentes del Río Sonora. Se le llama afluentes a los ríos más pequeños, o arroyos, que aportan su agua a otro más caudaloso.

¿Cuál es la consecuencia probable en este escenario?
Descontrol en el manejo de las avenidas sobre la presa del molinito y posible descontrol en el manejo de la presa Abelardo L. Rodríguez, cuya capacidad ya no es de 250 millones de metros cúbicos debido a que se encuentra azolvada, es decir, llena de tierra después de décadas de recibir las avenidas de los ríos San Miguel y Sonora.

VI. ¿Qué efectos puede producir sobre la ciudad de Hermosillo la imposibilidad de controlar el desfogue de la presa Abelardo L. Rodríguez?

Para tener una respuesta es necesario invertir en la investigación necesaria para estudiar, mediante cálculos teóricos y mediante laboratorios con sistemas de maquetas construidas a escala, cuál puede ser la conducta del agua cuando se presentan diversos volúmenes de paso de agua a través del vertedor.
Se requiere revisar periódicamente las condiciones del bordo de la presa para detectar la presencia de posibles grietas y la situación general de la resistencia del mismo.
Mientras tanto, algunos datos de la altura sobre el nivel del mar son sumamente preocupantes, como se aprecia a través de los siguientes datos que tomamos del servicio gratuito de Google Earth, con las limitaciones asociadas a esa gratuidad.
1.En el vaso de la Presa Abelardo Rodríguez marca 219 metros sobre el nivel del mar.
2.Desde la calle Dr. Paliza tomamos la Reforma rumbo al norte y en su cruce con la calle Colosio (esquina de la Universidad de Sonora), marca 200 metros sobre el nivel del mar. Estos son 19 metros por debajo del nivel medido en la presa.
3.La misma calle Reforma, en el cruce con Boulevard Navarrete nos encontramos a 206 metros sobre el nivel del mar. Esto es enfrente del gimnasio de la Universidad de Sonora. Todavía a 13 metros debajo del nivel de la presa.
4.Si seguimos hacia el norte por la calle Reforma, en el cruce con Boulevard Luis Encinas vuelve a marcar 206 metros sobre el nivel del mar.
5.Por la misma calle Reforma, en el cruce con calle Veracruz, nos encontramos a 209 metros sobre el nivel del mar. Diez metros por debajo del nivel de la presa.
6.Por la calle Reforma, en el cruce con la calle Nogales, ahora Santiago Healy, estamos a 215 metros sobre el nivel del mar. Cuatro metros debajo del nivel reportado en la presa.
7.Por la calle Reforma, a 192 metros al norte del cruce con la José Carmelo se alcanza precisamente el mismo nivel encontrado en el vaso de la Presa: 219 metros sobre el nivel del mar
8.Cambiamos ahora de calle, pensemos en tomar el Boulevard Abelardo L. Rodríguez, rumbo a la salida a Nogales. Encontramos que la altura de 219 metros sobre el nivel del mar se alcanzan casi en el cruce con la calle Veracruz, frente a una gasolinera.
9.Si tomamos la calle Monte Verde, orientada en forma paralela a la calle Reforma, encontramos que el nivel de la presa se encuentra a un lado del Mercado Número 2, cerca de la calle José María Mendoza.
10.Tomando la calle Olivares hacia el norte encontramos los 219 metros sobre el nivel del mar a casi 2 kilómetros hacia el norte del cruce con el Boulevard Luis Encinas.
¿Qué ocurre en la margen sur del río Sonora?
11.Al sur del vado del río, la colonia Praderas se encuentra a 199 metros sobre el nivel del mar. Veinte por debajo del nivel marcado en la presa.
12.La colonia Nacameri está a 197 metros sobre el nivel del mar. Veintidós metros debajo del nivel de la presa.
13.La colonia San Ángel se encuentra a 198 metros sobre el nivel del mar. Veintiuno por debajo del nivel de la presa.
14.Gran parte de la colonia El Apache está a 197 metros sobre el nivel del mar.
15.Tomando por el camino del Seri, se baja desde 193 metros sobre el nivel del mar, hasta 189 metros sobre el nivel del mar.
16.La colonia Los Lagos está a 190 metros sobre el nivel del mar. Veintinueve metros por debajo del nivel marcado para la presa.
17.La colonia Las Quintas y la Colonia Fuentes del Mezquital, se encuentran a 195 metros sobre el nivel del mar. Veinticuatro por debajo de la presa.
Estos 17 puntos considerados indican que es preferible una política de planeación en la que se nos proteja sobre la base de prevenir escenarios de niveles catastróficos, poco probables, pero que no son de probabilidad cero.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Las lluvias copiosas sobre Hermosillo obligan a la autoridad a planear para protegernos con base en la prevención de escenarios catastróficos (Vox Pop

I. ¿Qué significan los reportes de lluvia en milímetros?

El jueves 29 de julio de 2010, entre las 3:30 y las 6:00 de la tarde llovió sobre la ciudad de Hermosillo, Sonora, una precipitación de más de 87 milímetros. Es decir, el agua de lluvia que cae se recibe en un aparato diseñado de modo que recopila el agua para colocarla en un cilindro en el cual se mide el nivel del agua. Asi se determina a cuánto asciende la precipitación. La llovizna posterior haría que la medida pasara a ser de más de 103 milímetros de lluvia. ¿Qué significa esto?

Cuando se dice que ha llovido un milímetro se refieren a que la cantidad de agua sobre una superficie horizontal de un metro cuadrado se levanta 1 milímetro de altura. Para conocer a cuánto asciende el volumen de agua por cada metro cuadrado, basta tener presente que el área de un metro cuadrado equivale a 10 mil centímetros cuadrados y que multiplicados por la altura, que en este caso es de un milímetro, es decir, una décima de centímetro, resulta que el volumen que buscamos son mil centímetros cúbicos, es decir, un litro de agua.




Cuando nos dicen que la lluvia ha sido de 20 milímetros, significa que han caído 20 litros de agua por cada metro cuadrado. Entonces, el 29 de julio de 2010 cayeron sobre Hermosillo más de 103 litros de agua por cada metro cuadrado.






Si alguien de nuestros escuchas vive en una casa de interés social, con 150 metros cuadrados de construcción más terreno, resulta que sobre su vivienda cayeron 15 450 litros de agua desde la 3:30 de la tarde hasta la mañana del día 30 de julio de 2010. ¿Cómo nos podemos imaginar esta cantidad de agua?

Para imaginarnos los 15 450 litros de agua es suficiente con recordar que un tinaco grande, de los que se usan para almacenar agua durante las ocho horas que nos proporcionan agua, tiene una capacidad de mil litros. Es decir, sobre cada vivienda de tamaño promedio de la ciudad de Hermosillo, llovió una cantidad de agua equivalente a 15 tinacos grandes completos, más la mitad de otro de ese tamaño.



Si aceptamos que cada familia consume, en promedio, la mitad de un tinaco grande de agua al día, encontraremos que llovió, sobre cada casa de interés social, el agua suficiente para el consumo de 31 días.

Si aproximamos el plano de la ciudad de Hermosillo mediante un polígono irregular de 90 kilómetros cuadrados, resulta que la lluvia proporcionó más de 9.3 millones de metros cúbicos de agua. Casi el doble de lo captado por la presa Abelardo L. Rodríguez como consecuencia de una avenida del río San Miguel que fue calificada como gigantesca.



Quienes vivimos esta lluvia del jueves 29 de julio por la tarde aprendimos que la ciudad de Hermosillo no está preparada para eso. Como ejemplo, mostraremos en el blog de este programa diez fotografías tomadas en la zona de las calles Galeana y Boulevard Centenario, a menos de 200 metros de la catedral de Hermosillo.

Aquí explicaremos a qué se debió eso y cuáles son los riesgos que corremos en esta ciudad en la que las autoridades municipales y estatales sí saben el peligro en que nos encontramos, pero no actúan en consecuencia.

II. Un plan que no ofreció resultados positivos, como lo prueba la lluvia copiosa del 29 de julio de 2010.

En la dirección de Internet que será publicada en el blog de este programa se encuentra un documento que se llama: Programa de Desarrollo Urbano 2006-2010, desarrollado por el Instituto Municipal de Desarrollo Urbano, fechado en agosto de 2006 y citando como domicilio Dr. Aguilar No. 17 entre Galeana y Comonfort, justamente en la zona en que se registraron las fotos de la inundación a que nos estamos refiriendo. Sus teléfonos también serán publicado en el blog, son: 213-57-74 y 213-64-57.
Fuente: http://www.implanhermosillo.gob.mx/pdu.html

Lo interesante es que en la página 25 del primer capítulo del documento que citamos, se afirma lo siguiente acerca de la ciudad de Hermosillo: “Se ubican zonas de inundación hacia el norte y noreste de la Presa Abelardo L. Rodríguez y en los márgenes del Río Sonora al Poniente de la ciudad, que se presentarían en caso de avenidas extraordinarias.” Cabe aclarar que el documento tiene un error en este punto, pues revisando el mapa, debería decir noroeste.

Enseguida presentan un mapa a colores en el que pintan de color oscuro la zona de presunta inundación, misma que incluye todo el centro de la ciudad, la zona de la Universidad de Sonora y casi todas las colonias que se encuentran al poniente. Todas las colonias de los márgenes del vado del río, así como otras que serán mencionadas más adelante en este programa, que forman parte de las 46 colonias inundadas que reportó el diario El Imparcial en su edición del 30 de julio de 2010.
Fuente: http://www.elimparcial.com/EdicionImpresa/EjemplaresAnteriores/BusquedaEjemplares.asp?Fecha=30/7/2010&seccion=1&subseccion=1&ppal=s

En el documento del Instituto Municipal de Desarrollo Urbano se describen las zonas hidráulicas de Hermosillo y se propone un plan de desagües del agua de lluvia. Si intentaron realizarlo y terminarlo en el periodo del presidente municipal anterior, ahora está claro que la infraestructura existente no fue suficiente.

En el mismo documento se menciona que existe un sistema de dos presas para prevenir las avenidas. El problema es que este presunto sistema representa un espejismo que debería ser analizado con datos estadísticos.

III. Un criterio para atender la seguridad y la calidad de vida de la población

Cuando se habla de datos estadísticos en diseño de ciudades, edificios y casas habitación, es incorrecto prevenir únicamente situaciones promedio, es decir, conjuntos de circunstancias que ocurren de forma cotidiana.

Sostenemos que lo correcto es encontrar cuáles son las situaciones más extremas, aunque sean improbables y tomar decisiones para prevenir esas situaciones extremas.



Un ejemplo se puede tomar a partir de las exigencias que se implantan, a través de reglamentos, para construir previendo sismos de 6, 7 u 8 grados Richter. Considerando que en Hermosillo no hay registro de temblores de gran magnitud, la prevención con base en situaciones promedio sería optar por no considerar análisis sísmicos para otorgar permisos de construcción.

En cambio, tomar prevenciones para cuidar a la población de situaciones extremas sería exigir condiciones de construcción adecuadas para soportar sismos de 8 grados Richter en Hermosillo.

A manera de ejemplo, conviene informar que los segundos pisos de la ciudad de México, construidos durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador, se planearon con límites de resistencia en los que pueden soportar un sismo de 8 grados Richter durante dos minutos, con los segundos pisos llenos de trailers cargados.









Actuar con base en situaciones promedio equivale a las siguientes conductas individuales:
No ponerse el cinturón de seguridad, al fin que nunca chocamos;
no comprar seguro para el automóvil, al fin que no chocamos porque somos cuidadosos para conducir;
no tramitar nuestra credencial de seguridad social, al fin que somos muy saludables y nunca nos enfermamos.

Actualidades Científicas (Vox Populi de la Ciencia, Radio Bemba) 18 de agosto de 2010

Es posible predecir el riesgo de ataques cardiacos escuchando el corazón. Se trata de una mejora que supera el uso del estetoscopio.

Sean Collins, del Centro Académico de Atención a la Salud, de la Universidad de Cincinnatti, reporta en un artículo de la revista American Journal of Emergency el desarrollo de un sistema que les permite detectar potenciales ataques al corazón mediante el ruido que hace este órgano al palpitar.

El estudio involucra el análisis de datos que fueron procesados con un sistema cuyas siglas son HEARD-IT por su nombre en inglés. Las pruebas se condujeron en nueve sitios distintos desde marzo hasta octubre de 2006 y se ha concluido que proporcionan un diagnóstico más preciso mediante el uso de algo que llaman cardiografía acústica.

Esta cardiografía consiste en buscar y hacer un seguimiento cuidadoso de un sonido bien conocido por los cardiólogos, el llamado sonido S3, que es diferente de los dos sonidos comunes en un corazón sano y que se les llama sonidos S1 y S2. El sistema más elemental es el estetoscopio, inventado en 1819 por el médico francés René Théophile Hyacinthe Laënnec y mejorado con las investigaciones de Josef Skoda en 1839.



El estetoscopio consta de dos tubos de goma que terminan en sendos audífonos adaptados al oído. Estos tubos se enlazan con otro que contiene un diafragma y una campana para amplificar los sonidos de auscultación.



El uso del estetoscopio lleva, entre otros propósitos, el objetivo de detectar la posible presencia del sonido S3 en los pacientes que son auscultados, pero la frecuencia baja del mismo y las limitaciones del mismo estetoscopio hacen difícil su detección con plena seguridad.

El uso de los nuevos aparatos mejora hasta en 70% la detección de pacientes que están en riesgo alto de un ataque cardiaco y se espera que con su aplicación se puede ganar tiempo para atender al paciente antes de que el peligro para su salud se acerque a situaciones incontrolables.

No en todos los casos es motivo de alarma la detección de este sonido S3, pues a veces se detecta en la juventud y en algunos atletas entrenados, así como en algunos casos de embarazo. Lo importante para los médicos experimentados es cuando aparece posteriormente, de modo que la experiencia del especialista resulta fundamental.



II. Un experimento con ratas de laboratorio permite determinar que la tendencia a engordar reside en el cerebro aunque se lleve la misma dieta
.

Tamas Horvath, profesor de neurobiología, ginecología y obstetricia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, describe el experimento y las conclusiones en un artículo publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences. Una publicación científica que aparece periódicamente.

Primero formaron dos grupos de ratas: uno con tendencia a acumular grasa y otro grupo sin esa característica. Al primero se le llamó el grupo vulnerable a los alimentos que producen obesidad. Procedieron a alimentarlos de la misma forma y encontraron que la diferencia entre ambos grupos de ratas se encuentra en una región del cerebro desde la cual parte una señal que avisa cuando el alimento ingerido es suficiente. Este centro del cerebro trabaja más lento en las ratas con propensión a la obesidad.



Los investigadores pudieron observar que esa región del cerebro presenta inflamaciones frecuentes en los casos de las ratas con tendencia a engordar, mientras que en las ratas que no tienden a engordar tales inflamaciones no se presentan.

Los investigadores concluyen que la forma en que se conectan las neuronas del cerebro, desde que se encuentra el feto en el vientre materno, juega un papel determinante en la vulnerabilidad o la resistencia a engordar.



El estudio fue respaldado por el Instituto Nacional de Salud y la Asociación Estadounidense contra la Diabetes. Los autores de la Universidad de Yale son: Beatrix Sarman, Peter Sotonyi, Marya Shanabrough, Erzsebet Borok y Sabrina Diano. También participaron investigadores de la Universidad Monash, la Universidad de Cincinnati, el Instituto Alemán de Nutrición Humana de Potsdam-Rehbrücke, el Departamento de Asuntos de Veteranos de Nueva Jersey, el Sistema de Cuidados a la Salud y la Universidad de Medicina y Odontología de Nueva Jersey.